No sólo es la segunda voz del grupo Pesado, Pepe Elizondo es además el hombre que descubrió el talento de su compadre Beto Zapata como cantante y le dio su primera gran oportunidad.
Su niñez transcurrió entre carencias en el popular barrio de la Colonia Terminal, en Monterrey.
Siendo el menor de cuatro hermanos, Pepe tuvo una infancia difícil al quedar huérfano de padre a los 5 años y fue su madre quien los sacó adelante.
“Yo aprendí a tocar guitarra en la estudiantina en la Secundaria 1, ubicada en Juárez y M.M. del Llano, en el centro de Monterrey”, comenta Pepe, quien junto con Beto es el dueño del nombre de Pesado.
En 1979, a los 15 años de edad, Pepe formó con sus amigos de la cuadra el grupo Los Nuevos Cometas de Monterrey.
Aunque para ese entonces escuchaba música de diversos géneros, la norteña era la que más le gustaba, por ejemplo de Los Cadetes de Linares, Los Relámpagos del Norte y Los Rancheritos del Topo Chico. En 1980, Pepe dejó a sus cuates para formar parte de otro grupo llamado Los Pioneros del Norte, cuyo vocalista era Arturo Buenrostro, quien después pasó a El Poder del Norte.
Ahí sólo estuvo tres años porque una nueva propuesta llegó a su vida: ser parte de Los Clásicos Norteños, un grupo que nació en la colonia Linda Vista.
En ese tiempo Pepe estudiaba en la Facultad de Ingeniería Mecánica Eléctrica de la UANL, mientras trabajaba en un taller de torno, al mismo tiempo que era músico.
“Había necesidad en la casa y sentía la obligación de llevar un peso, por eso estudiaba y trabajaba, aparte ensayaba, así pasé mi juventud, pero lo disfruté bastante”, agregó el cantante de 51 años.
En 1989 recibe una gran oferta: ser parte de Los Bárbaros del Norte, de Eliseo Robles.
“Se puede decir que entré a las grandes ligas, tenía yo 24 o 25 años, para ese entonces tuve que dejar la facultad porque el trabajo de músico me absorbía”.
Con Eliseo grabó varios discos, lo cual significó bastante para él porque lo admiraba mucho.
Aunque fue parte de varias agrupaciones con todas aprendió, como cuando después de estar con Eliseo, se fue en 1990 con el hermano de éste, Salomón Robles.
Justo cuando mejor le estaba yendo a Salomón con su disco Niña Mía, Pepe decidió emprender un nuevo vuelo.
Ya no quería trabajar para patrones porque deseaba tener su propio grupo; así conoció a Beto Zapata.
“Mi esposa Ana Laura Martínez, quien en aquél entonces era mi novia, era compañera de escuela de Blanca Zapata, hermana de mi compadre Beto. Ahí mi comadre Blanca le dijo a mi novia que su hermano tocaba el acordeón, que fuera a escucharlo”, expresa el músico, quien es padre de tres hijos.
“Beto tenía 15 o 17 años, lo escuché tocar y dije ‘este cab… sí sabe’.
Beto iba a tocar el acordeón y yo el bajo y sería la segunda voz, pero andábamos buscando quién cantara, como batallamos, un día el dije a mi compadre ‘tú mero canta y yo agarro el bajosexto’, así comenzamos”.
Mientras ensayaban para encontrarle un estilo a Pesado, lo hacían a escondidas porque Pepe todavía era músico de Salomón Robles y no quería decirle por temor a ser despedido.
“En el ‘93 yo tenía un año de casado, tenía que seguir trabajando, cuando se enteró Salomón sí se enojó, pero luego me entendió cuando le expliqué ‘un día perseguiste tus sueños, déjame a mí perseguir el mío’”.
Debido a su falta de experiencia, Pesado tuvo que grabar por segunda vez su primer disco porque a David Hernández, dueño de la desaparecida compañía disquera MCM, no le gustaron sus voces Su álbum debut se tituló Ayúdame a Olvidar que salió a la luz en 1993, del que se desprendieron los éxitos “Día Tras Día”, “Beso a Beso” y “Ahora Que Ya No Estás”.
Un año después lanzaron Llegó el Amor, donde incluyeron “No Podemos Continuar”, “Te Lo Pido Por Favor”, “Ayúdame”, “Quiero Que Me Quieras” y “No Tengas Miedo de Llorar”.
La buena racha siguió, pues en 1995 lanzaron el disco Mundo de Amor, tema de la autoría de Pepe Elizondo.
“En el 93 hicimos muy buena mancuerna con las cintas Rainbow Music, ahí el grupo fue cuando agarró mucho nombre gracias a Dios, íbamos a Pesquería, el Casino San Nicolás, Santa Rosa, Marín, Zuazua y Escobedo, los bailes eran de 4 y 5 mil personas”, cuenta el músico.
Para ese entonces, recuerda, diferentes empresarios de la Ciudad e incluso de fuera comenzaron a peleárselo porque querían representarlos.
Si a la fecha la mancuerna Beto Zapata-Pepe Elizondo sigue funcionando, tras 22 años de carrera ininterrumpida es por el cariño y respeto que se tienen.
“Aquí hay mucha amistad y mucho amor, comprensión. Tratamos de rodearnos de buena gente, no de usureros, mentirosos y aprovechados, afortunadamente su familia y la mía son de muchas creencias, educadas a la antigua”.
A la fecha el éxito de Pesado sigue, acaban de lanzar su álbum número 29 en un Homenaje a Los Alegres de Terán y su sello disquero es Universal.