WASHINGTON.
El Banco Mundial informó que unos 20 millones de latinoamericanos entre 15 y 24 años de edad actualmente no estudian ni trabajan, y que se les conoce los "nini".
Según el estudio, la proporción de niños y personas mayores en relación con la población en edad de trabajar llegará pronto a un mínimo histórico para América Latina y el Caribe, pero la región podría desaprovechar el potencial económico de esa tendencia demográfica.
“Es un tema urgente porque podríamos perder la ventana de oportunidades de esa tendencia demográfica", dijo el economista sénior de la Unidad de Educación para América Latina y el Caribe del Banco Mundial Rafael E. De Hoyos. "Siempre ha sido importante capacitar a los jóvenes, pero hoy lo es más".
El organismo multilateral señaló que este grupo de los "ninis" pueden tener consecuencias negativas duraderas sobre la productividad al bajar sueldos y oportunidades laborales, perjudicando así al crecimiento económico en general.
La investigación determinó además que la prevalencia de estas personas se agravó con la presencia del crimen organizado.
De Hoyos señaló que los gobiernos pueden atender este problema aun cuando la región proyecta un crecimiento económico nulo en 2016 porque "no se requieren grandes incrementos presupuestales para adoptar políticas correctivas".
El Banco Mundial exhortó a los gobiernos del continente a evitar el abandono escolar de los jóvenes "ninis" y al mismo tiempo insertar al mercado laboral a quienes que ya no estudian, para reducir el tamaño de este grupo, el cual aumentó incluso durante el vigoroso crecimiento económico que experimentó el continente durante la década pasada.
El reporte, elaborado por De Hoyos, Halsey Rogers y Miguel Székely, señaló que casi el 60 por ciento de estos jóvenes proviene de familias ubicadas en el 40 por ciento inferior de la distribución de ingreso.
También precisó que las mujeres conforman dos tercios del grupo, y que al menos 70 por ciento de ellos y ellas viven en ciudades y tienen bajo nivel educativo.
La proporción oscila entre 11 por ciento en Perú a más del 25 por ciento en Honduras y El Salvador.