Ciudad de México
Reina de la noche, esclava de su público y mujer radiante de belleza. Eso fue Dulce la noche del sábado, en el Lunario del Auditorio Nacional.
Bajo el concepto cabaret, la diva conquistó los oídos y corazones de los 500 asistentes que llenaron el inmueble, según organizadores, gracias a su portentosa voz y su figura, entallada en un vestido corto y escotado.
“Buenas noches a todos. ¡Qué gusto, qué maravillosa noche, qué hermoso encuentro! Espero pasen un rato maravilloso con nuestras canciones”, dijo tras interpretar “La Cantante”, primera canción de la velada, a las 22:50 horas.
Desde el escenario, la estrella de la noche reconoció a varios amigos, como la actriz Laura Flores y el productor Omar Suárez, quien montó el espectáculo “Amor Eterno”, donde ella participa.
“Hielo” fue la primera de muchas melodías que pusieron a cantar a toda la audiencia, pues es una de las más representativos de su carrera y con sus temas favoritos: dolor, indiferencia y amor no correspondido.
“¿Por qué no me pusieron a cantar canciones más suavecitas si yo era una chiquilla?”, dijo, para desatar las risas de su público.
El primer momento climático del show llegó cuando la anfitriona ofreció una versión de “Noche de Ronda”, de Agustín Lara, a capela y sin micrófono.
La audiencia hizo mutis para que su voz llegara hasta la última fila. Al final todos se pusieron de pie a aplaudirle su esfuerzo.
“¡Qué bárbara!”, “¡Cantas bien bonito!”, “¡Preciosa!”, fueron algunas de las flores que la gente dedicó al artista.
“Tu Muñeca”, otro de sus grandes hits, materializó la emoción en canto colectivo.
Pero en nada se le comparó al momento en que Dulce bajó del entablado para estar cerca de sus admiradores, mientras entonaba temas de Camilo Sesto.
“Me encanta estar cerca de ustedes. Pero que no empiecen las manoseos, ¿eh?”, advirtió, en tono de broma.
No podían faltar más clásicos, como “Heridas” y “Me Gusta a Morir”, hecho que provocó que más de una persona elevara su vaso para decir “salud”, por todo lo alto.