Nueva York / México
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inicia su segundo año de mandato imponiendo un arancel especial sobre las importaciones de paneles y células solares. La nueva tasa en la frontera será del 30% del valor del producto en origen y afectará especialmente a los fabricantes chinos, a los que Washington acusa de estar inundando el mercado con precios artificialmente bajos. También se gravarán, con una tarifa inicial del 20%, algunos modelos de lavadoras para el hogar. Aunque la medida -que llega en a pocas horas del inicio formal de la sexta ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC)- busca, en primera instancia, frenar las importaciones de productos fabricados en China, también afecta a México. La reacción de su vecino del sur y socio en el mayor pacto comercial del planeta no se ha hecho esperar: el Gobierno de Enrique Peña Nieto (PRI) ya ha anunciado que México utilizará “todos los recursos legales” a su alcance para que EE UU “cumpla con sus obligaciones internacionales”.
El nuevo arancel sobre las placas y células solares se aplicará durante el primer año, de acuerdo con el anuncio hecho por la oficina del representante de Comercio Exterior (USTR, por sus siglas en inglés), y se irá reduciendo de forma progresiva durante los tres ejercicios consecutivos hasta dejarlo en el 15%. Quedarán excluidas las celdas solares con una potencia inferior a los 2,5 kilovatios.
El jefe del comercio exterior estadounidense y máximo responsable de la renegociación del TLC con México y Canadá, Robert Lighthizer, subraya en un comunicado que la investigación realizada por su oficina determinó que las importaciones están causando “un grave daño” a los productores estadounidenses.