Práctica que aún no se destierra dentro de la apertura de fraccionamientos de interés social, es el hecho de que las empresas fraccionadoras, entregan esos asentamientos, sin tener siquiera terminada la pavimentación de las calles, lo que afecta la calidad de vida.

Ejemplos de esta práctica, son los fraccionamientos Fidel Velázquez; La Sauteña y otros de reciente creación, ubicados al noroeste y suroeste de la ciudad, en donde los vendedores de lotes o viviendas, las ofrecen como parte de un entorno “urbanizado”, sin contar con este y otros servicios indispensables.

“Cuando nos entregaron la casa, nuestra calle fue la única que no pavimentaron, la Río Purificación, en 1995, tuvimos que pedir al municipio que la pavimentaran, pues el fraccionamiento se desentendió, así estuvimos varios años”, precisó Fabián Lozano Enríquez, residente de ese sector.

Otro punto de la ciudad, es el fraccionamiento Fidel Velázquez, en donde la totalidad de las calles, exceptuando a la Río Usumacinta, fueron entregadas pavimentadas, pero este caso es aún más grave, pues la calle aún prevalece como terracería, además de resentir el paso de unidades transporte colectivo.

Fraccionamiento Del Norte, es otro asentamiento en donde familias ha comprado lotes que incluso no tienen salida a calles, situación que no ha sido atendida por autoridades competentes, por lo que en un futuro, otros fraccionadores podrían repetir este tipo de conductas.

Un caso extremo, es el llamado Fraccionamiento Popular del Norte, en donde las calles, no solo carecen de pavimento, sino que algunas arterias incluso están trucas o se encuentra limitadas en ambos extremos de su longitud, por predios construidos o habitados.