La nominación de Donald Trump como candidato republicano a la Casa Blanca le abre los expedientes sobre algunos de los secretos de Estados Unidos y eso tiene preocupados a muchos.
Es habitual en el proceso electoral, pero tratándose de Trump, ha levantado suspicacias sobre cómo utilizará esos datos.
La Casa Blanca confirmó que las agencias de inteligencia estadounidenses le ofrecerán un informe clasificado, tradición para los aspirantes de ambos partidos, que se remonta a 1952.
En una entrevista para The Washington Post el republicano reconoció estar ansioso por recibir esta información. Ha dicho que quiere asomarse a los informes secretos de inteligencia que le corresponderá leer como nominado.
El problema son las dudas de protocolo que genera. Ya ha sido criticado por demostrar escaso conocimiento del escenario internacional, así como ignorar los nombres de grupos considerados terroristas, insultar al vecino México, expresar admiración por adversarios como el presidente ruso, Vladímir Putin, y proponer medidas que atentan abiertamente contra la legalidad internacional, como restaurar la tortura o bombardear a las familias de los terroristas.
Por eso los sentimientos encontrados, en la CIA.
El republicano leerá los informes como gesto de cortesía presidencial para que los potenciales sucesores se familiaricen con las amenazas a la seguridad nacional, dijo. Pero Aki Peritz, exanalista de la CIA, recuerda que Trump es “un hombre sin filtro” y pregunta: “¿cuáles serían las consecuencias si Trump revela algo clasificado en la campaña? Ha tuiteado cosas dudosas, a veces falsas, que lee en internet; ha vociferado estadísticas de delincuencia falsas e incluso no tiene problema en citar a Benito Mussolini.
Esa es la principal preocupación, incluso para sus opositores.
El senador demócrata de Connecticut, Chris Murphy, tiene claro que el polémico millonario “no pensaría dos veces en tomar información clasificada y exponerla públicamente si creyese que eso sirve para sus propósitos políticos”.
Todo lo contrario que su rival, Hillary Clinton. La demócrata cuenta con el apoyo del portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, quien asegura tener plena confianza en que hará un uso responsable de dicha información, a pesar de la polémica que reveló que Clinton había utilizado su correo personal para asuntos de Estado.
Donald Trump no cuenta con la plena confianza de todos los republicanos. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, el conservador de mayor rango, dijo no estar “preparado” para apoyar a Trump, igual que los dos expresidentes republicanos vivos: George H. W. Bush y George W. Bush.
Y es que a diferencia de los otros candidatos, Trump nunca ha tenido cargo público alguno y los candidatos sin experiencia política son una rareza.
El último aspirante que se presentó sin haber tenido cargo público fue Dwight Eisenhower en 1952; había sido militar. Concretamente, comandante supremo de los aliados en Europa durante la segunda guerra mundial.