Diariamente en diferentes cruceros se puede observar a jóvenes que limpian vidrios, la mayoría mitiga el hambre o la sed con sustancias nocivas para la salud.
Para olvidarse de todo, los jóvenes recurren a respirar lo que llevan en una botella de plástico, normalmente resistol, con el que buscan a toda costa evadir la realidad.
Los automovilistas y peatones que pasan por los diferentes cruceros, lo ven diariamente, sin que la autoridad o alguna institución haga algo al respecto.
Por el parque lineal Anzaldúas, siempre hay un joven que se encuentra en la zona, algunas veces tratando de limpiar vidrios de automóviles y otros sentado junto con su botella de plástico.
Son jóvenes que pasan inadvertidos en nuestra ciudad, en medio del bullicio, el constante tráfico, el calor o el frío, se encuentran en el abandono de sus familias y de la sociedad.