Por segundo año consecutivo, Pittsburgh se topó con el pitcher más enrachado de las Grandes Ligas, y no pudo descifrarlo.
En la primera apertura de su carrera en Playoffs, Jake Arrieta lanzó una joya completa, para que los Cachorros blanquearan anoche 4-0 a los Piratas en el Juego de Comodín y avanzaran a su primera Serie Divisional desde 2008.
Chicago, que no ganaba un juego de Playoffs desde la Serie de Campeonato de 2003 --rompió una racha de nueve derrotas--, visitará a partir de mañana y por primera vez en esta instancia a San Luis.
En el “wild card” del año pasado, Pittsburgh fue silenciado por Madison Bumgarner, quien inició aquí su camino a una de las actuaciones más dominantes en la historia de la postemporada.
Esta vez, Arrieta no coqueteó con un juego perfecto, como la última vez que le tiró a los filibusteros, pero estuvo casi intocable, al permitir sólo cuatro hits y ponchar a 11.
Recibió el apoyo del novato Kyle Schwarber, quien impulsó con sencillo la rayita de la quiniela en el primer rollo, y luego aumentó la ventaja con un cuadrangular de dos anotaciones en el tercer acto. Dexter Fowler, quien timbró tres carreras, agregó un batazo de vuelta entera en el quinto.
Los Piratas amenazaron en varias ocasiones, e incluso tuvieron las bases llenas con un out en el sexto capítulo y embasaron al primer hombre en el séptimo, pero no pudieron anotar por dos buenas jugadas defensivas de los novatos Addison Russell y Kris Bryant, respectivamente.
La frustración de los locales alcanzó su punto máximo en el cierre del séptimo, cuando Arrieta fue golpeado por Tony Watson, lo que provocó que se vaciaran las bancas, aunque ni eso ni la mayor asistencia en la historia del PNC Park (40,889) pudieron distraer al derecho.
Joakim Soria regaló pasaporte al primero que enfrentó en el octavo, pero luego abanicó a los tres siguientes.
La profecía de la película “Volver al Futuro II”, que decía que los Cachorros ganarían la Serie Mundial en 2015, sigue viva. (Pittsburgh, E.U.).