Las posibilidades de sufrir un ataque al corazón se multiplican por seis durante los primeros siete días después de la detección de la infección de la gripe confirmada por laboratorio, según concluye un nuevo estudio realizado por investigadores del Instituto de Ciencias Clínicas Evaluadoras (ICES, por sus siglas en inglés) y Public Health Ontario (PHO), en Canadá.
“Nuestros hallazgos son importantes porque una asociación entre la gripe y el infarto agudo de miocardio refuerza la importancia de la vacunación”, subraya el autor principal del estudio, el doctor Jeff Kwong, científico de ICES y PHO. En el estudio publicado en New England Journal of Medicine, los autores encontraron una relación significativa entre las infecciones respiratorias agudas, en particular la gripe, y el infarto agudo de miocardio.
El riesgo puede ser más elevado para los adultos mayores, los pacientes con infecciones por la gripe B y las personas que han sufrido su primer ataque cardiaco. Los investigadores también encontraron un riesgo elevado, aunque no tan alto como en el caso de la gripe, con la infección de otros virus respiratorios.
“Nuestros hallazgos, combinados con la evidencia previa de que la vacunación contra la gripe reduce los eventos cardiovasculares y la mortalidad, respaldan las pautas internacionales que abogan por la inmunización contra la gripe en las personas con alto riesgo de ataque cardiaco”, afirma Kwong.
Los investigadores analizaron casi 20 mil casos adultos de infección por gripe confirmada por laboratorio entre 2009 y 2014 e identificaron a 332 pacientes que fueron hospitalizados por un ataque al corazón en el plazo de un año tras un diagnóstico de gripe confirmado por laboratorio.
“Las personas en riesgo de enfermedad cardiaca deben tomar precauciones para prevenir las infecciones respiratorias, y especialmente la gripe, a través de medidas que incluyen la vacunación y el lavado de manos”, aconseja Kwong. Los investigadores agregan que los pacientes no deben retrasar la evaluación médica de los síntomas del corazón, particularmente durante la primera semana de una infección respiratoria aguda.