Un humilde pepenador vio morir a su esposa, cuando la llevaba en sus brazos rumbo a la Cruz Roja, infartada. Miembros de una humilde familia de pepenadores recorrieron un prolongado tramo, desde la colonia Ramón Pérez García, hasta la colonia Anzaldúas, en su afán por salvar la vida de una madre de familia que sorpresivamente cayó infartada en su domicilio.
Desafortunadamente los esfuerzos que hicieron fueron en vano, porque llegaron a la Cruz Roja con ella ya muerta. Ángel Álvarez Palacios, de 55 años, dijo que se encontraban en su domicilio de la colonia Ramón Pérez García, cuando sorpresivamente vieron que su esposa Juana Velázquez Mata, de 54 años, se desvanecía.
Con el apoyo de familiares y vecinos, la subieron a la parte trasera de una camioneta Jeep Cherokee para trasladarla a una institución médica, él la llevaba abrazada y trataba de reanimarla, pero desafortunadamente en poco tiempo la vio morir en sus brazo.
En el camino decidieron llevarla a la Cruz Roja, pero no lograron su objetivo, pues cuando médicos y paramédicos de esa institución la examinaron, no le encontraron hálitos de vida. El licenciado Manuel Mireles, oficial secretario de la Agencia Segunda que se encuentra en turno, se constituyó en el área de urgencias de Cruz Roja, donde dio fe del cuerpo de la infortunada mujer, que se encontraba en la parte trasera de la camioneta.
Una vez que se comprobó que la muerte había sido natural, la fiscalía giró instrucciones para que el cuerpo se le entregara a la familia, sin mayor trámite, previa certificación de un médico que confirmara el deceso natural.