En la actualidad laboral, se está buscando y desarrollando un nuevo tipo de figura para formar grupos en el trabajo de equipo: el líder empático. Este nuevo rol tiene mucho que ver con un cambio generacional, con una mentalidad más abierta hacia los trabajadores, rompiendo así con el esquema tradicional del jefe autoritario.
El mismo concepto comprende una cualidad humana: la empatía. El liderazgo empático es aquel liderazgo cuya manera de encajar en un grupo de individuos se basa en la conexión entre personas y el trato humano y cercano. Entender a los demás y potenciar sus sensaciones dentro del grupo se vuelve una necesidad.
Definiendo el liderazgo empático
Existe una competencia feroz dentro del mercado laboral. En el mercado laboral se busca un valor añadido, un plus extra que pueda suponer una diferencia respecto del resto. Es decir, las empresas ya no buscan únicamente conocimientos profesionales o académicos. Las grandes o pequeñas firmas buscan esa característica pedagógica y emocional en un candidato que vaya a capitanear al personal.
Así, el liderazgo empático pretende fundamentarse en una comprensión más profunda de cada uno de los miembros de un equipo. Conocer sus habilidades, sus virtudes, sus defectos, sus capacidades de comunicación, cooperación e integración. El objetivo final de esta técnica es potenciar el rendimiento de trabajo y hacer partícipes a todos los integrantes del grupo.
Líder vs. Jefe
Cabe destacar las diferencias entre “el jefe” y “el líder”. El primero ostenta una posición jerárquica dentro de una empresa. Se trata de alguien que se dedica expresamente a repartir directrices y transmitir órdenes en diferentes tareas, sin mucho margen para discernir o mostrar oposición a lo que se ordena.
El líder, sin embargo, se gana la simpatía, sus propios subordinados le transfieren ese poder, esa legitimidad. Lo diferencia entre ambos perfiles es una cuestión de actitud. El liderazgo empático se forma a base de confianza y respeto mutuo entre trabajador y superior.
Características del líder empático
El liderazgo empático no se limita únicamente a la empatía como modelo definitorio. Responde a una serie de bases y cualidades que son mucho más profundas que la actitud personalista.
En concreto, estos son los 7 pilares del liderazgo empático:
1. Humildad
Este es el principio básico de este tipo de liderazgo. La arrogancia, la soberbia o la denigración son conceptos antagónicos a la empatía. Un buen líder debe tratar a todos los integrantes con respeto y sin comprometer su dignidad, simplemente.
2. Flexibilidad
Esto se traduce directamente en una falta de rigidez injustificada, sin olvidar que la última palabra en la toma de decisiones, la sigue teniendo el líder. A menudo se pierde autoridad si no se cuida bien este detalle.
3. Pasión
La figura del líder debe mostrar en todo momento una actitud activa y energía. Éste tiene que transmitir dichos valores al resto del grupo, para que todos remen en la misma dirección.
4. Valores
En muchas de las empresas y grupos existe esta carencia a la hora de transmitir unos valores determinados. El corporativismo es muy importante en el desarrollo de un negocio, y el liderazgo debe dar ejemplo y reforzar los principios de la compañía.
5. Conocimiento
El líder, más que nadie, tiene que demostrar un conocimiento absoluto de la materia que se trata. Este es el valor añadido que le supondrá el respeto por los otros miembros del equipo. Es de suma importancia justificar el liderazgo por méritos propios y aptitud.
6. Confianza
Otro de los elementos últimos para demostrar un buen liderazgo. El responsable del grupo debe mostrar confianza en las capacidades de los demás integrantes, y preguntarles sobre cómo hacer o deshacer.
7. Aprendizaje
Por mucho que el conocimiento sea una cualidad de cualquier candidato a liderar o capitanear un grupo determinado, el aprendizaje extra nunca está de más. Sobre todo, aprender de los mismos integrantes del grupo, tiene que haber feedback por ambas partes y un buen líder necesita escuchar a los demás para crecer profesionalmente.
¿Por qué aparece este fenómeno?
Todo ello responde a una evolución generacional en todos los aspectos. La sociología se ha encargado de demostrar que nos estamos dirigiendo hacia una sociedad más colectivista, menos jerárquica y en la que el consenso es más valorado.
De esta manera, esto también se ha trasladado y aplicado en el ámbito empresarial. Los tiempos de nuestros padres eran distintos. Décadas atrás el jefe era la autoridad máxima, sin importar demasiado las necesidades de cada uno de los trabajadores. A menudo se discutía esta ya arcaica manera de dirigir un grupo de personas.