Donald Trump fue nombrado presidente de los Estados Unidos de América en 20 de enero de 2017.
Este hecho supuso una gran sorpresa para muchos, que esperaban que su ideología, sus polémicas y preocupantes declaraciones y políticas y la agresividad de la que hacía gala durante la campaña electoral, junto a su procedencia como magnate empresarial (sin experiencia en política) supusieran una victoria clara para la otra candidata a la presidencia, Hillary Clinton. Sin embargo, a pesar de todo fue Trump el que obtuvo la victoria. Uno de los motivos para ello fue su personalidad, altamente dominante.
No es el único caso: múltiples líderes dominantes se han abierto paso hacia el poder a lo largo de la historia, a veces siendo elegidos por la población.
¿Por qué? En este artículo vamos a hablar sobre las características de las personas dominantes y el motivo por el que en ocasiones son elegidos.
CARACTERÍSTICAS DE LOS LÍDERES DOMINANTES
La dominancia no es un atributo negativo de por sí. La capacidad de dominar tiene una utilidad: sirve al sujeto para lograr sus propósitos, focalizarse en ellos e incluso en valerse de los recursos disponibles para alcanzarlos. En mayor o menor medida, todos tenemos algún grado de ella y nos situamos en algún punto en un contínuo entre dominancia y sumisión.
Alguien dominante va a tender a tener una gran seguridad en sí mismo, ser obstinado y tener preferencia por tener el control. No suele conformarse con lo que se le ofrece, tienden a tener poca valoración de las convenciones y a ser independientes y centrados en sí mismos y sus necesidades.
En los casos en que la dominancia es extremadamente elevada, las personas con un mayor nivel de dominancia suelen manifestar mayores niveles de arrogancia y sensación de superioridad. También tienden a ser utilitarios, más irascibles y aparentemente manifiestan una mayor capacidad de decisión al no tener en cuenta que otras perspectivas de la realidad además de las propias pueden ser tanto o más correctas que la que defienden.
Suelen tener un pensamiento más dicotómico y buscar en mayor cantidad la fama, el prestigio y el poder. De hecho, es común que presenten la denominada dark triad o tríada oscura: narcisismo, maquiavelismo/manipulación y psicopatía.
NARCISISMO Y PSICOPATÍA
En lo que respecta al narcisismo, suele tratarse de personas con gran necesidad de atención, que exigen el reconocimiento de sus méritos y que tienden a mostrar una conducta en la que suelen autovalorarse de manera exageradamente positiva. Se consideran a sí mismos primero, valorando después a los demás.
La psicopatía se manifiesta como una elevada falta de empatía, actuando en base a la consecución de los propios objetivos sin tener en cuenta los efectos que pueda tener su conducta para otras personas y manifestando poca profundidad en sus reacciones emocionales. Además suelen manifestar un encanto capacidad de seducción elevadas, algo que facilita una predisposición positiva hacia ellos cuando se les trata superficialmente.
Por último, el maquiavelismo hace referencia a la capacidad de manipulación: hacer que los demás piensen, crean o hagan lo que la propia persona desea aprovechándose de ella para alcanzar los propios objetivos.
Tienden a buscar destacar y es frecuente que marginen o perjudiquen a aquellos sujetos que tienen mayores habilidades que ellos, estableciendo una férrea vigilancia de lo que se hace. Generalmente los líderes dominantes son más solicitados cuando se trata de hacer frente a tareas concretas muy marcadas o a momentos en que se exige una respuesta rápida y segura.
¿POR QUÉ SON ELEGIDOS?
Teniendo en cuenta que un exceso de dominancia a menudo raya con el totalitarismo y la búsqueda de la sumisión del resto a la opinión de la persona o ente dominante, cabe preguntarse por qué muchas personas llegan a aproximarse y a elegir líderes dominantes en un momento dado.
Se han realizado numerosos experimentos al respecto para intentar encontrar una causa clara de esta tendencia, y la respuesta más plausible es algo que en realidad hemos podido ver una y otra vez a lo largo de la historia y que podemos observar si analizamos cómo diferentes líderes dominantes han llegado al poder (mediante elecciones, no de forma dictatorial): la intolerancia a la incertidumbre.
Y es que muchos líderes de características dominantes han surgido en períodos de gran incertidumbre y sufrimiento.
En estas situaciones, existe una gran sensación de inseguridad en gran parte de la población, y ante dicha inseguridad muchos buscan un punto firme a partir del cual actuar. Se busca a alguien en quien pueda identificarse fuerza y una visión clara de las cosas, alguien con un gran nivel de seguridad en sí mismo y en su visión de las cosas. Estas son características que alguien dominante, aunque sus opiniones puedan no ser compartidas, posee o da apariencia de poseer.
Así, lo que genera que los líderes dominantes alcancen posiciones de poder suele ser la percepción de falta de poder y control sobre las situaciones por parte del sujeto que los elije, buscando mejorar la situación de inseguridad y malestar asociado a ella a través de la compensación.