Los observadores electorales resultaron un “estorbo” durante los comicios, pues pretendían realizar tareas designadas específicamente para los funcionarios de casilla.
En una gran cantidad de puntos de votación, personal del Instituto Nacional Electoral (INE), pusieron en su lugar a los observadores pues querían contar boletas, instalar urnas y en muchos casos, decidir el orden en la fila.
Además, estos personajes no contaban con un gafette que los identificara como observadores, por lo que se les invitaba a mantenerse alejados de las casillas.
Sin embargo, mostraban un documento que los acreditaba como observadores, así como hojas donde tenían que anotar, cualquier incidente que se registrara en las casilla.
Fue así como en la casilla ubicada en la Central de Autobuses, dos jóvenes fueron invitados a permanecer lejos de la mesa de funcionarios, las urnas y las mamparas donde los ciudadanos emitían su voto.
Personal del INE les comentó, que su trabajo era solamente observar las incidencias y no cuestionar a los funcionarios sobre la manera de instalar las casillas.
En algunas otras casillas, se les solicitaba permanecer en lugares especiales donde no obstaculizaran el paso de los ciudadanos.