Ciudad de México
Antes que ser imitador, y uno de los más reconocidos del continente americano, Gilberto Gless se reconoce como músico y compositor. Y, en gran medida, a ello atribuye su éxito al interpretar a distintos artistas a través de su voz.
“Mi manera de imitar requiere estudio, escucharme, quitar, poner... y, como soy músico, me gusta mucho que quede todo en su lugar. Primero soy músico y después fui imitador”, asegura Gless en entrevista.
El chihuahuense de 53 años sabe que hay personas que pueden realizar esta difícil labor de forma muy natural. Pero insiste en que su caso siempre ha sido distinto.
“Es una combinación de cosas, pueden llamarse habilidades o de estudiar mucho. Lo mío yo lo llamo don, pero los dones hay que desarrollarlos y descubrirlos. Yo sí tuve que machetearle muy duro cada personaje”.
Por ello, cada famoso que representa requiere horas de trabajo y de apreciación, y la elección no es producto de un capricho.
“De repente me dicen en eventos de empresas donde me presento: ‘¡Quiero que imites a mi jefe!’. Pero yo no lo conozco, es la primera vez que lo veo, ¿cómo quieren que haga algo así?”, subraya.
En su trabajo, Gless tiene que lidiar con dos factores muy complicados: por un lado, los famosos a los que imita, a quienes conoce; y el público, que es el gran conocedor de cada una de las figuras imitadas.
“Al artista le tengo mucho respeto y mucha admiración porque son ‘monstruos’ a los que has visto y escuchado tantas veces para aprender sus canciones, sus gestos y hasta su técnica de grabar”, comparte.