Metrópolis caóticas

Aumenta flujo de automóviles en CDMX, 14 millones hacen traslados de 15 minutos; estos viajes podrían realizarse en bicicleta para contrarrestar el crecimiento vehicular

GUADALAJARA.

La zona metropolitana de Guadalajara es una de las diez ciudades más caóticas de América Latina en movilidad. Al padecer décadas de crecimiento desordenado, sin un plan de desarrollo, se convirtió en la ciudad con mayor incremento en motorización vehicular en México.

En 2007 se reportaban 330 automóviles por cada cien mil habitantes; sin embargo, el crecimiento del parque vehicular y un ineficiente sistema de transporte público han complicado el desplazamiento.

“Guadalajara comenzó a diversificarse en los años 30, pero en México se asumieron los principios de la planeación del movimiento moderno y esto significaba zonificar las ciudades (separar en cuatro bloques las actividades que realizan las personas: vivienda, trabajo, circulación y recreación). Nos quedamos en la mentalidad de principios del siglo XX”, explicó a Excélsior la investigadora en movilidad urbana de la Universidad de Guadalajara, Adriana Inés Olivares.

En movilidad, la Ciudad de México y Guadalajara son las más complicadas del país, pero la urbe tapatía es la que “tiene mayor motorización de América Latina, con excepción de Sao Paulo”.

Cambios pequeños

Adriana Inés Olivares trabaja con ONU-Habitat en un proyecto de movilidad para hacer ciudades prósperas. En México, tras analizar los desplazamientos que se realizan  en las urbes, se detectó que 14 millones de personas hacen traslados diarios de 15 minutos en vehículos motorizados, ahí puede haber un cambio trascendental. Y es en este renglón donde han fracasado las urbes del país.

“Esos viajes son susceptibles de realizar cambio modal, en lugar de realizarlos en coche o transporte público, se pueden realizar en bicicleta porque son traslados de alrededor de 2.5 kilómetros y las personas que pudieran hacer ese cambio en todo el país son 14 millones para ir a trabajar o a la escuela. Tiene que haber sistema de bicis para uso público y también personal, pero no hay estacionamientos, ni infraestructura, semaforización, vías tranquilizadas, cultura vial para respetar a los ciclistas y que ellos también respeten las leyes. Lo importante de las ciclovías es que el sistema esté completo, de nada sirve tener pedacitos y pelear con los vehículos motorizados. La ciclovía debe ser un plan integral con origen y destino, por eso ha fracasado. A la bicicleta la tenemos que conectar con el transporte público colectivo y masivo, hacer estacionamientos para que se genere un intercambio modal”, enfatizó la investigadora.

La capital aún con toda su problemática vehicular es ejemplo nacional en cuanto a distribución de sistema modal de transporte.

“La única ciudad que tenía transporte masivo eficiente era la Ciudad de México. En términos de desplazamiento la capital del país tiene una mejor distribución modal que Guadalajara, tiene muchos desplazamientos a pie y en transporte masivo. En Guadalajara se utiliza más el auto particular. El índice de personas que se desplaza a pie es de 40 por ciento pero casi la mitad de estos es porque no tiene para pagar el transporte público y se tiene que desplazar caminando. Hay un problema de desigualdad tan fuerte que la gente no alcanza a pagar transporte ni siquiera público para acceder a sus actividades cotidianas”.

Un tapatío invierte en promedio 18 por ciento de sus ingresos en transportación, aunque hay segmentos de la población que llegan a invertir hasta el 40 por ciento, es decir, casi la mitad de su salario.

Si la infraestructura vial y el sistema del transporte público es deficiente para la población en general, para quienes padecen algún tipo de discapacidad transitar por las calles citadinas se torna un calvario.

“Es un problema de equidad, para quienes tienen alguna discapacidad es invivible. Tenemos un problema muy grave; desde la calidad de las aceras, en los semáforos para personas ciegas o sordas. Por ley, sólo el 10% del transporte público que está circulando en la ciudad está obligado a tener rampas para personas con discapacidad, y están obligados a poner sus horas de paso en estaciones de paso pero si no hay siquiera estaciones de paso entonces la gente no sabe a qué hora va a pasar (la unidad)y no sólo las personas con discapacidad, también hablemos de los niños, ellos tienen problemas para ser independientes en la ciudad”, lamentó la especialista.