Matamoros, Tam.
José Luis Rivera Pozos fue sentenciado a 20 años de prisión tras matar a su hija de dos meses de nacida el 8 de marzo, porque la menor no dejaba de llorar, en su propio domicilio, en la colonia Molinos del Rey.
José Luis se declaró culpable, renunciando a todas las etapas de juicio, lo que originó que se redujera una tercera parte su sentencia que era una pena máxima de 50 años y una multa de 117 mil pesos.
Por el simple hecho de no aguantar el llanto de su hija, José Luis, de 19 años de edad, azotó a la menor de tan solo dos meses de edad contra el suelo, provocándole una muerte instantánea y la fue a tirar dentro de una mochila.
Fue en la madrugada del 8 de marzo cuando la Policía Investigadora localizó a la menor ya fallecida, en unos predios detrás del fraccionamiento los Presidentes.
En un inicio la menor de dos meses había sido reportada como desaparecida por la madre, por lo que las autoridades acudieron al domicilio.
Al investigar, se percataron que había manchas de sangre, por lo que iniciaron la búsqueda del padre de la menor, quien se había quedado al cuidado de la niña, una vez que la madre salió a inyectarse cerca de su hogar.
Sin embargo la madre de la menor al regresar y no encontrarla, ni a su padre llamó al 911, iniciándose con las investigaciones y la búsqueda de José Luis.
No fue hasta ese día por la noche que dieron con el paradero del padre en el fraccionamiento los Caracoles, quien confesó donde había tirado el cuerpo de la menor, y las autoridades se trasladaron al lugar señalado por el progenitor.
Detrás del fraccionamiento los Presidentes a un kilómetro del hogar, fue encontrada la menor sin vida, oculta en una mochila en donde la había ocultado el asesino.
Al ver la situación, decidió meterla a una mochila y salir de su hogar, para dirigirse a unos predios baldíos detrás del fraccionamiento los Presidentes en donde la tiro y se retiro del lugar.