Durante los últimos días, delincuentes han reanudado la práctica de obtener dinero mediante el engaño y la extorsión vía telefónica.
Usuarios de redes sociales alertaron de varios intentos con esa finalidad, tratando de despojar a sus víctimas de dinero.
Cuando menos de dos o tres números telefónicos desde los que se han realizado dichos llamadas han sido identificados, por lo general de otros estados del país.
Los afectados indican que en unos casos los extorsionadores se hacen pasar como familiares para tratar sorprenderlos y sacarles datos, llamando desde números desconocidos.
Posteriormente esos datos son utilizados para inventar embustes bien elaborados, como de un supuesto familiar que está en problemas con la policía o delincuentes que lo tienen en secuestro exprés, exigiendo que se deposite dinero en una cuenta bancaria para liberarlo.
Esta temporada navideña, en que se da mucho el tránsito de personas que vienen a visitar a sus familiares desde Estados Unidos, es aprovechada por los extorsionadores telefónicos para llevar a cabo los engaños.
En otros casos los delincuentes se identifican como miembros de una organización delictiva y amenazan directamente a la víctima con hacerle daño a ella o un familiar si no deposita el dinero.
Esas cuentas bancarias son de las que se tramitan Fask Track en tiendas de conveniencia con identidades apócrifas o robadas. Es difícil de seguirles el rastro, aseguran autoridades ministeriales.
Lo mismo sucede con los teléfonos utilizados para realizar las extorsiones, pues son fácilmente desechados por los delincuentes cuando los números ya están ubicados por las autoridades.
Las autoridades indican que lo recomendable es colgar inmediatamente el teléfono, sin caer en el juego de palabras y las amenazas de los extorsionadores, ya que estos tienen la suficiente experiencia para detectar víctimas que muerden el anzuelo y aterrorizarla hasta que las despojan.
Los delincuentes que realizan este tipo de delito no tiene infraestructura operativa para cumplir sus amenazas y se basan principalmente en el miedo que le puedan infundir a las víctimas para consumar la extorsión, afirman los ministeriales, por lo que no se debe caer en el embuste.
Agregan que lo recomendable es colgar el teléfono para evitar pasar a formar parte de las estadísticas de extorsiones telefónicas.