Bajo cadena y candado se encontraban ayer 20 personas en la Casa del Indigente, argumentándose que la medida había sido tomada para su propia seguridad, pues hay algunos que padecen de sus facultades mentales que salen y luego se pierden y no saben cómo regresar.
Hay otros que sí saben cómo llegar y pueden salir con el pretexto de ir a trabajar pero luego vuelven al lugar para dormir.
Cuando se cuente con un portón porque la barda que circunda el terreno donde está enclavado el edificio ya de hecho está casi concluida, entonces sí se permitirá a todos a que salgan al patio delantero, dijo uno de los que están albergados en el local.
La obra se ejecutó gracias a las aportaciones que se han venido recibiendo y también se utilizarán para construir una bodega que les permita almacenar artículos donados.
Casa del Indigente se creó con el propósito de atender quienes enfrentan problemas mentales, y quienes ahí se encuentran alojados, reciben las tres comidas diarias, aseguran quienes están de
encargados.
La mayoría prefiere continuar dentro porque les ofrecen un lugar dónde descansar además de alimentos y hasta ropa y calzado cuando gentes de buen corazón acuden a la institución a efectuar donaciones.