“Los huevos! Córrele ! Te van a quebrar un huevo en la cabeza!”
Expresiones comunes en medio del correteo, jadeo, algarabía contagiosa que envuelve una tradición en ambos lados de la frontera : “El Día de la Coneja”.
Una coneja que a pesar de ser mamífera pone huevos!
A nadie le importa si es mamífera o si pone o no huevos, la alegría, diversión y el córrele que te alcanza es lo que cuenta.
La mamá en parsimonia risueña, el papá echando un ojo a los críos y tíos, primos y amigos entre todos corren entre el zacate, césped o pequeñas brechas entre la maleza propia del clima semiárido del noreste del país.
Al que se descuida se lo quiebran en la cabeza y la cascada de confeti multicolor se derrama entre el rostro, orejas, nuca y cuello de la víctima. Carreras de costales, el escondite de los huevos los pintacaritas y a veces brincar la cuerda si. Los entretenimientos fronterizos.
Una tradición aquí en esta parte en Reynosa que se comienza a preparar días antes cuando guardan los cascarones o los compran en las calles ya hechos, otros para rellenar de papel de todos colores.
Frontera noreste donde lo mismo convive el festejo de la pasión de Cristo con las procesiones del silencio que con la carne asada y el Día de la Coneja que pone huevos.
Es el noreste y todo mundo festeja, se divierte, convive, ríe para tomar fuerzas y seguir en el tramo. Diario en la vuelta a la escuela, el trabajo o las labores domésticas.