En los momentos más cruciales de su existencia una mujer de la vida galante decidió esperar la muerte a solas en un espacio de la antigua cuartería de accesorias de lo que fue “El Ciro’s” en la zona de tolerancia.
A tres días de que la habían dado de “alta” en el Hospital General, María Esther Katz Astorino, de 52 años, fue encontrada muerta en el interior del cuarto que le habían acondicionado para que permaneciera en su convalecencia.
Sus compañeras de “profesión” pensaban que pudiera estar mejorando e incluso el encargado de los cuartos de “El Ciro’s” se le acercaba para tratar de hacerle llegar alimentos, pero lo rechazaba, argumentando que estaba bien y que quería estar sola.
Por tal motivo, desde el viernes en que un hombre se compadeció de ella y le dejó un dinero para que se alimentara o comprara medicamentos, ella pidió que la dejaran sola, haciéndoles creer que estaba bien.
En atención a su petición, el encargado de los cuartos ya no la visitó hasta ayer en que percibió los fuertes olores a descompuesto y descubrió que estaba sin vida y ya en estado de descomposición.
María Esther, tenía ya varias décadas trabajando como sexo-servidora en la zona de tolerancia, pero a partir de que le descubrieron una mortal enfermedad, dejó de hacerlo y se dedicó a atenderse, pero nunca quiso que la vieran con lástima, como tampoco quería vivir de la caridad humana.
Tuvo tres hijos, pero a decir de sus compañeras los entregó en adopción y en la actualidad solo una de sus hijas, por la que luchó por darle todo, ropa, alimento y estudio, estuvo con ella, pero eventualmente, pues cayó en las adicciones y la abandonó.
La única que llegó al lugar donde yacía sin vida, fue su nuera Cecilia Berenice Nava Casas, quien se encargaría de buscar la forma para darle cristiana sepultura.
Ayer, poco después de las 13:00 horas las autoridades ministeriales acudieron al lugar para practicar las diligencias y levantar el cuerpo.
Había evidencias de una muerte natural, pero por las circunstancias en que encontraron el cuerpo era necesaria la práctica de la autopsia de ley, para descartar cualquier otra posibilidad.