Monterrey, NL
Que su nombre haya sido vinculado con el lavado de dinero el año pasado es una cuestión que al menos en el escenario no afecta a Julión Álvarez, pues le sigue haciendo honor al título de “El Rey de la Taquilla”.
Con un sold out en la Arena Monterrey repleta de un fiel público que se le entregó desde que pisó su imponente escenario, ubicado al centro del recinto, el nacido en el ejido La Concordia llegó para demostrar que tiene fans regios que lo siguen en las buenas y en las malas.
De traje vaquero en color negro, al igual que su sombrero y botas, el cantante de 34 años se mostró contento, muy bailador en sus temas más rítmicos e hizo corear sus éxitos a más de 17 mil personas que atiborraron el lugar.
Un despliegue de producción con pantallas LED, luces robóticas y un escenario con pasarelas que le permitió tener mayor proximidad con su público, le dieron vida al espectáculo en el que Julión demostró que los problemas con música se aligeran.
“Esperemos que sea una noche maravillosa”, expresó Julión.
Al público se le repartió varas luminosas que en todo momento hicieron más lucidor el show que inició con “El Corrido de Monterrey” seguido por “Si Te Vuelves a Enamorar”.
El show tomó un aire muy regional cuando Julión cedió el escenario a Cesáreo Sánchez, vocalista de Los Cardenales de Nuevo León, con quien cantó a dueto “Quiero que Sepas”, un éxito del grupo.
“Hay que vivir, disfrutar, gozar, porque la vida en cualquier momento se puede acabar”, dijo el cantante.
Más tarde le tocó el turno a Los Invasores de Nuevo León quienes cantaron con el artista estelar sus hits “Mi Casa Nueva” y “Para ti mi Amor”.
Su éxito “Y Así Fue” también fue muy coreado por la audiencia así como “Ojitos Verdes”.
La algarabía se generó entre el público con un set de canciones de Juan Gabriel como “La Frontera”, “Caray”, “Me Gustas Mucho” y “La Diferencia”.
En un ambiente festivo hizo bailar a todos con su versión de “El Sirenito” del fallecido Rigo Tovar y después le puso más a la noche con “Suavecito” de Laura León.
Mujeres y hombres bailaron al ritmo de la banda con “El Sinaloense” y el show siguió pasadas tres horas de su inicio.
En un par de ocasiones el cantante bailó con algunas de sus fans a quienes subió al escenario; también se le vio beber de un vaso rojo en este concierto que llegó a su fin a las 2:43 horas de la madrugada.
Muchos fans abandonaron las instalaciones del lugar antes del finalizar el concierto.