HUAUCHINANGO.
Han pasado 48 horas del deslave en la comunidad de Xaltepec; la desolación se percibe con cada paso que dan sus habitantes para salir y entrar a la comunidad, aquí no hay transporte público, sólo se ve el ir y venir de ambulancias, unidades de Protección Civil, Ejército y policía estatal.
En esta comunidad se perdieron varias vidas, varias familias desaparecieron bajo toneladas de lodo que devastó todo a su paso, casas, autos, vidas.
Para Rufino Cruz Domingo, las constantes lluvias que azotaron desde el viernes pasado, jamás se le van a olvidar; esas lluvias se llevaron a su esposa, hijas, sobrinos y cuñada.
En total seis personas perdieron la vida, la mayoría menores de edad; la más pequeña había cumplido tres años en marzo pasado, un cumpleaños que no fue festejado a lo grande.
Hoy Rufino vela a sus seres amados en la casa de su concuño; se ve entero, de vez en cuando rompe el llanto al ver los féretros blancos de sus hijas. Las advertencias de las autoridades de desalojar la vivienda, tras las lluvias, no fueron tomadas en cuenta.
“Ni modo de dejar a mi familia ahí tendida, ni modo de abandonarlos, no los voy a dejar, si Dios quiere que me vaya con ellos, Dios dirá”, indicó.
Acompañado de vecinos del poblado enterrarán a su familia en el panteón municipal junto con otras familias que también perdieron a sus seres queridos.
Por su parte, con lágrimas en los ojos, Alma Vargas Garrido, se despedía de su hogar que le había dado cobijo durante 15 años.
Antes de cerrar la puerta de su vivienda paseó su mirada, observó las grietas en las paredes y los pisos, grietas generadas por los deslaves de los cerros en la colonia La Cumbre.
Alma es parte de una de las 500 familias que han sido desalojadas de las colonias La Joya, Guadalupe y La Cumbre del municipio de Huauchinango con la finalidad de evitar que haya más muertes en caso de que sus viviendas que están al borde de las barrancas se colapsen con las fuertes lluvias que siguen azotando la parte norte de Puebla.
Vargas Garrido, junto con su padre enfermo de diabetes recogieron lo más indispensable, ropa, cobijas y sus papeles personales antes de salir de casa.
“Ya se hizo una grieta en medio del terreno, una grieta de 15 centímetros arruinando a toda, a la mitad del terreno, nos provoca mucha preocupación de que se vaya a ir la casa, por eso vamos a desalojar porque nos interesa más la vida”, afirmó.
A su vez, diversas células de elementos de la Gendarmería recorrían las calles de las colonias que se encontraban en la parte alta del municipio de Huauchinango con la finalidad de supervisar casa por casa las afectaciones generadas por los deslaves, a la vez que solicitaban que desalojaran las viviendas.