CIUDAD DE MÉXICO
Cuando eres niño los gustos por algunas cosas son equivalentes a disfrutar, especialmente si se trata de comida, los sabores dulces para los infantes son lo más rico que pueda existir.
Un estudio realizado por la Dra. Julie Menella junto con la Dra. Nuala K. Boboksky, indica que el gusto por los sabores dulces y el disgusto por los sabores amargos, son característicos de la infancia.
Otro punto destacado en esta investigación es que (en contraste con el sabor dulce), a los niños les disgusta y rechazan el sabor amargo, ya que su cerebro suele asociarlo con veneno; sin embargo, con el paso del tiempo todo cambia.
Según un estudio del Área de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Vigo, España, el sabor que perciben los seres humanos al probar los alimentos varía según la edad, sexo, hábitos, estado emocional, etc.
Esto reveló además una disminución de la percepción de sabores dulces y salados con la edad, de modo que a medida que envejecemos, las papilas gustativas y las alteraciones dentarias, afectan de manera importante a la disolución de los alimentos.
Es por eso, que cuando vamos envejeciendo, algunos gustos cambian en especial en los alimentos. Antes sin duda, de pequeño disfrutabas más de una malteada muy dulce de vainilla y ahora como adulto, gozas de una copa de vino o una cerveza con singular alegría.