La llegada de un bebé es una bendición y una sorpresa, sobre todo para el pequeño que se convertirá en hermano mayor, así que antes de decirle el nuevo rol que cumplirá, es necesario saber cómo hacerlo.
"Ambos padres tienen que estar presentes. Es importante decirle en los primeros meses (del embarazo), cuando se enteran, para que el niño se sienta perteneciente a esta situación, ya que le puede generar mucha ansiedad no tener información o no saber qué va a pasar", dice Michelle Salinas Flores, especialista en psicología infantil y psicología familiar.
"Hay que validar sus emociones, sean positivas o negativas, y ver si el niño comprende el concepto de hermano. A veces, cuando son muy pequeños ni siquiera saben qué es un hermano; hay que aclarar sus dudas".
Dependiendo de la edad de tu hijo, la especialista recomienda recrear situaciones que ejemplifiquen el concepto de hermano mayor.
"Si son muy pequeños, lo primero es darles a conocer el concepto, mediante cuentos".
Hay películas que pueden ayudar a ejemplificar o, también, el explicarles cuáles son las relaciones de parentesco en la familia. Por ejemplo, que los tíos son los hermanos de papá o mamá.
Otra forma es con muñecos que representen al hermano mayor y al menor.
"Se les tiene que explicar que un hermano es un amigo, un compañero de vida, alguien con quien van a compartir sus cosas y que habrá cambios", detalla Salinas Flores.
"A los más grandes se les explican los beneficios que van a recibir, los cambios del cuerpo que la mamá va a tener durante el embarazo, el cambio en la familia y la nueva dinámica".
Hay que mencionarles, que al inicio, el bebé no será un compañero de juego porque ellos pueden pensar que al nacer tendrán un hermano de su edad.
Además, se les debe decir quién va a cuidar de ellos mientras los padres estén en el hospital.
Salinas Flores recomienda que el niño sienta los movimientos del bebé en el vientre, como las pataditas, que vea los ecosonogramas, que acompañe en alguna de las consultas médicas a sus padres y que se involucre incluso en la selección del nombre de su hermanito o hermanita.
De no tener una plática previa con el niño se podrían presentar situaciones como los celos, cambios de humor, irritación, luchas de poder y regresiones.
"A veces pasa de forma transitoria, de que quieren volver a ser bebés, se chupan el dedo, quieren tomar del biberón o vuelven a mojar la cama. Se tiene que estar muy al pendiente, es un trato diferencial, no preferencial".