Matamoros, Tam.
“Termina un año y empieza otro. Esto nos hace sentir muchas cosas. Satisfacción por las metas alcanzadas. Insatisfacción por lo que no logramos. Nostalgia por los que se fueron, y por los momentos felices que quedan atrás”, manifestó Obispo de la Diócesis de Matamoros, Eugenio Andrés Lira Rugarcía, en un mensaje de año nuevo a los católicos.
Explicó que ya se tenían ganas de salir de un año que fue difícil, en donde hubo desilusión por fallas, pleitos e indiferencias personales, familiares y sociales, pero en donde también hubo gratitud por el amor recibido, con la esperanza de que 2017 sea mejor, en donde mencionó el Obispo, se tiene miedo ante las incertidumbres de un futuro que se ve complicado.
“¿Qué hacer con todo esto? Primero, poner orden. Porque cuando todo está revuelto no sabemos qué hacer con ello. Para eso necesitamos ver. Y para ver es indispensable la luz ¡Y la tenemos! Porque la mismísima Luz se ha hecho uno de nosotros para iluminarnos”, dijo.
Destacó que por eso, al inicio de este 2017, al igual que los pastores en Belén, corremos a encontrarnos con Jesús; como ellos, no nos decepcionemos de verlo recostado en un simple, pobre y sucio pesebre ¡Veamos más allá! Así seremos capaces de aprender de lo bueno y de lo malo, de los éxitos y de los fracasos, de lo que se ha solucionado y de los problemas.
Comentó que “Jesús, nacido de la Virgen María en Belén, Dios con nosotros y para nosotros, nos demuestra que nunca estamos solos; que él está a nuestro lado, dándole sentido a todo al ofrecernos, la eternidad prometida”. Eternidad que se alcanza siguiendo el camino del amor, que es saber comprender, actuar con justicia, ayudar, perdonar y pedir perdón, apuntó.
Resaltó que por eso sólo el amor puede brindar un futuro, así como lo dijera el Papa Francisco en su visita a México en 2016 “un futuro esperanzador se forja en un presente de hombres y mujeres justos, honestos, capaces de empeñarse en el bien común”.
Añadió “¡Echémosle ganas! Y para no desanimarnos ante las dificultades, aprendamos de María a guardar todas estas cosas y meditarlas en el corazón. Así, con la bendición de Dios, haremos de 2017 un feliz año para la familia y para todos”.