Fenecía la administración municipal de Oscar Luebbert Gutiérrez (2008-2010) el hartazgo de los ciudadanos ya había trascendido a los funcionarios municipales de su gobierno a quienes en un último lance de salida, el ex –alcalde despojo a los empleados de sus ingresos económicos por concepto de cobros por requerimiento de pago y notificaciones de adeudo al Impuesto Predial.
Aun más. Luebbert Gutiérrez presuntamente autorizó el desvió de recursos por concepto de aguinaldos a empleados municipales, mismos que fueron reclamados al entonces secretario de Finanzas Municipal, Raúl Jiménez Cárdenas.
La ambiciosa maniobra fue en dos bandas, por un lado impidieron que los inspectores de la Dirección de Catastro Municipal cobraran las comisiones que legítimamente habían ganado por el desempeño de cobros, adeudos y notificaciones emitidas.
De ello dio cuenta Paulino Cortes Cuevas, ex –director de Catastro y Predial quien acusó el despojo a sus sub-alternos que en aquella navidad y fin de año de 2010 pasaron una amarga noche.
Los aguinaldos de muchos trabajadores fueron escamoteados por parte de la administración municipal de Oscar Luebbert, no los cobraron y recurrieron al amague de un paro de labores.
Pero este episodio fue inspirado en una revancha de Luebbert Gutiérrez contra los empleados sindicalizados de Limpieza.
Tras haberse librado una serie de escaramuzas con el dirigente del sector obrero en Reynosa. Reynaldo Garza Elizondo, con quien se confronto al invadir la autonomía del Sindicato Industrial Autónomo de Maquiladoras dirigido por Hugo Martínez Lara.
Luebbert desde la presidencia municipal operó para imponer a su afín Luis Jesús Juárez Duque, ante la oposición de la CTM por la intromisión desde el aparato oficial, fue posible deponer apenas unos días después a Juárez Duque, el asalto tenia como trasfondo competir por el control obrero contra Garza Elizondo y de paso estructurar un ejército electorero disponible para los proyectos políticos de Luebbert que ha usufructuado una reputación de mercenario de la política, aun con su proclama de “priista” recalcitrante en donde de parte de su grupo político recibe solo lisonjas y elogios obsequiosos que alimentan su megalomanía conocida por todos.
El choque entre el sector obrero y el alcalde de Reynosa fue ganada por la CTM, pero el resabio se mantuvo hasta el ultimo día de gobierno de Luebbert, quien como una represalia final, impidió que los empleados sindicalizados de Limpieza dirigidos por Rosa María Maldonado ninguno de ellos cobrara aguinaldo.
Para la ciudad pudo haber implicado un alto costo económico, las demandas legales ante instancias laborales cernían sobre el Palacio Municipal, pero en una temeraria iniciativa el entrante presidente municipal Everardo Villarreal Salinas acordó y logro que fuera cubierto el pago de los aguinaldos de los trabajadores, desde entonces el tufo corrupto de aquella administración que concluía se quedo enrareciendo el ambiente ante la ambición desmedida de quien solo utilizo el gobierno municipal para extender sus alianzas y complicidades políticas, amparado en padrinazgos y en mercantilismo electorero que hoy como episodios de triste memoria invocan al repudio popular.