A poco más de una semana de que finalice la administración estatal, en la Secundaria General número 4, Leona Vicario, la infraestructura que se anunció con bombo y platillo para dicho plantel, queda inconclusa, lo que mantiene a los menores estudiantes en aulas de madera que “parecen gallineros”.
Se trata del plantel ubicado entre los fraccionamientos Rivieras del Bravo y Brisas del Campo al nor-oriente de la ciudad, en donde ya se suma cientos de alumnos, quienes a falta de salones, reciben clases en aulas que serían provisionales, en donde por una década han pasado ya, por lo menos siete generaciones.
Según los datos aportados por padres de familia y maestros del plantel, son dos años los que han pasado desde el arranque de las obras, las cuales llevan meses paralizadas, además de que la barda que debería dar seguridad a los alumnos del plantel y al patrimonio del mismo, nunca fue terminada, por lo que cualquiera ajeno a la institución, puede ingresar, sobre todo vándalos, pandilleros o ladrones.
Por si fuera poco, la Comapa de Río Bravo, ha sido parte del problema, pues abrió las calles aledañas para la reparación de la red de drenaje, pero no compactó y pavimentó la zanja de más 30 metros de largo, la cual dificulta el acceso al plantel. Los docentes inconformes con la situación, también señalaron que la obra contemplaba la dotación de mobiliario, el cual nunca llegó, lo que generó mayor inconformidad.