La colocación de instalaciones eléctricas irregulares o no autorizadas por la Comisión Federal del Electricidad, es un problema cada vez más frecuente en el primer cuadro de la ciudad, en donde los cables y extensiones que llevan la energía eléctrica, se convierten en un riesgo para los peatones.
Principalmente en época de lluvias, los cables, que en muchas ocasiones presentan peladuras, exposición de los hilos de cobre y otros desperfectos, son un riesgo de electrocución tanto para peatones como para los propios comerciantes de puestos en vía pública, quienes son los artífices de esta situación.
Ninguna esquina o poste, se salva de este tipo de conexiones, pues los centenares de puestos tanto de comida como de diversos artículos “están colgados”, sobre todo quienes requieren energía eléctrica para preparar sus productos, ofrecer sus servicios o funciones de noche.
Debido a su improvisación, estas instalaciones abonan al riesgo de un corto circuito o un accidente, por lo que deben ser supervisadas por la autoridad en la materia.