Gran amenaza es el pez diablo para las especies de peces comestibles que radican en el río Bravo y en especial en el canal Anzaldúas, ya que por cada 10 peces que se capturan 8 son diablo, el cual no tiene depredadores por tener una coraza muy fuerte, lo que ha provocado que se convierta en una plaga.
Al respecto el licenciado Jesús Elías Ibarra, ecologista, comentó:
“El problema empezó cuando los últimos años, se comenzó a tener como mascota exótica para acuarios, cuando estos crecieron, como crecen más o menos 30 cm de largo, pues ya no los quisieron y los tiraron en los ríos y canales, lamentablemente esto sucedió en todo México, la mayoría de los ríos de agua dulce se encuentran ya con esta especie que es considerada una plaga”, dijo.
Asimismo continuó:
“En otros lugares si es aprovechado este pez, pero en Tamaulipas aún no tenemos las herramientas y tablas necesarias para aprovecharlo. Un pez normal fuera del agua puede durar 2 ó 3 minutos, pero el pez diablo dura hasta 2 días, es por eso que aunque muchos pescadores los viertan a las orillas de los canales, este pez es muy inteligente y olfatea el agua y empiezan a brincar, de manera que vuelven al canal, esto afecta a las especies nativas, como la mojarra, el matalote, el bagre y el catán, el pez diablo se come los huevecillos de estos, y así es como merman con las especies comestibles nativas, para que no pase esto, la solución radica en exterminar con el pez diablo también conocido como pez limpia peceras”, explicó.