Dominadora desde el inicio hasta 50 metros antes de la meta, cuando la superó la poseedora del récord mundial Liu Hong, María Guadalupe González se colgó hoy la plata en la final de 20 kilómetros de marcha en Río de Janeiro, su debut olímpico.
Bajo un fuerte sol y un viento que soplaba parcialmente de cara, “Lupita” tuvo una salida fuerte y estuvo liderando la carrera codo con codo con la favorita china Liu Hong, quien se llevó el oro en el último suspiro.
“Se me fue en los últimos 50 metros, fueron dos segundos, me duele un poco, pero estoy consciente de que di todo. No traía más”, admitió tras la carrera la campeona panamericana y del mundo, que tuvo un tiempo de 1:28:37.
Liu, que estuvo un mes sancionada en julio pasado por causa de un positivo por dopaje en el Mundial de Roma hace unos meses, logró doblegar en la última recta a “Lupita” y la aventajó en tan solo dos segundos, pero la mexicana firma de cualquier modo un estreno olímpico extraordinario.
No sólo por la plata, que le llega con apenas tres años como atleta de élite, tras un infructuoso paso por el boxeo y la carrera rápida, sino por la capacidad de aguante de la mexicana, que estuvo todo el segundo tramo de la carrera de 20 kilómetros “enjaulada” por las tres marchistas del equipo chino.
“Fue muy complicado competir con las chinas. Admiro su forma de competir. Pero teníamos que sacar la casta por México e ir adelante. Si no lo intento me siento mal conmigo misma y no está padre”, explicó “Lupita”.
Bromeando dijo sentirse como “conejito encajonado” ante la presencia en el pelotón de cabeza de Liu Hong, Lu Xiuzhi (bronce con 1:28:42) y Qieyang Shijie, quinta.
Sin embargo, la mexicana, que este viernes recordó cuando era pequeña “soñaba con una medalla cuando veía los Juegos Olímpicos por televisión”, logró demostrar por qué tiene una mentalidad de acero, además de unas piernas que, con apenas una docena de carreras oficiales, son ya de plata.
“Las chinas son fuertes, trabajan como equipo, pero tienen lo mismo que yo: dos piernas, dos brazos y un corazón”, señaló en rueda de prensa.
“La mente puede hacer muchas cosas. Puedes hacer el mejor trabajo, pero si no tienes la mente de aguantar no sirve de nada. Hay que ser muy dura en esta competencia”, dijo.
Con 27 años, una edad considerada joven para la marcha, donde muchos campeones llegan a lo más alto en la primera mitad de la década de los 30, sólo las lesiones lumbares crónicas pueden dejar fuera a “Lupita” de su próximo ciclo olímpico y su próximo podio.
“No sé qué pasará mañana, porque traigo lesiones de tiempo que no me molestan sólo en competencias, sino todos los días. Tengo que hacer una valoración médica total para saber si puedo seguir a este nivel”, explicó a Notimex la atleta, admiradora de la medallista Ana Gabriela Guevara.