Con la identificación del cuerpo que se encontró completamente descarnado al suroeste de la ciudad, los agentes policiacos adscritos a la UGI-3 abrieron varias líneas de investigación en las que contemplan entre otras, el robo como móvil.
La osamenta que se encontró la semana pasada en un terreno baldío del fraccionamiento Campestre, si correspondió a la persona que había sido reportada como desaparecida desde el mes de junio y ayer fueron entregados sus restos a su progenitora.
La prueba de ADN resultó positiva en la comparación con las muestras que aportó la señora que buscaba a su hijo desaparecido desde hacía 5 meses atrás.
El hombre fue identificado como Gabriel Solís, quien había llegado de Houston, Texas a Reynosa poco antes de su desaparición.
Fueron su madre, su esposa y su hermana quienes al ver que las autoridades ponían poco interés en la denuncia de su desaparición, insistieron por su cuenta en la búsqueda, hasta que el pasado 18 de noviembre, lograron ubicar el cuerpo en un solar enmontado que se localiza en el fraccionamiento Campestre.
El pasado martes, se concluyeron los exámenes comparativos, los que dieron positivo en un elevado porcentaje y fue hasta ayer cuando autoridades ministeriales estuvieron en condiciones de entregarles el cuerpo y con la identidad de la víctima, los investigadores establecieron varias líneas de investigación.