En el nombre del cielo, os pido posada…

El propósito de las posadas, es recordar el peregrinaje de José y María, quienes buscando un lugar para que naciera el Niño Jesús, llegaron a Belén.

El párroco Miguel García, destaca que la intención de recrear esta escena, es reunir a la familia en torno a la oración.

“Es una tradición que perdura, que no caduca porque son precisamente las familias, las que la mantienen viva y que ha adoptado costumbres muy mexicanas, como quebrar una piñata, como símbolo de acabar con todo lo malo que sucedió en el año”, comentó.

Destaca que en Reynosa, una gran cantidad de familias mantienen viva esta tradición y que son los niños, quienes más disfrutan de todo lo que conlleva a esta celebración.

“Lo importante es que las familias van enseñando a los niños sobre el nacimiento de Jesús y de cómo sus padres, José y María, buscaron un lugar para su nacimiento”, manifestó.

En las posadas comenta, se refuerzan los lazos familiares y se convierte en una fiesta que año con año, le da la bienvenida a la Navidad.

“Los cánticos, representan el peregrinar de José y María, pues mientras ellos iban pidiendo posada, los moradores se iban negando al ser ellos unos desconocidos”, destacó.

Sin embargo, existió una buena persona que los recibe, para que María pueda dar a la luz a Jesús, el salvador.

“Se dice que las piñatas, simbolizan los pecados capitales , por eso las hacen de siete pinchos y al derribarlas, las personas le dicen no a estos pecados y a llevar una vida conforme a lo que marca la iglesia”, dijo.

Es las posadas, las velas encendidas representan la luz de Cristo, y sirvió de guía para que los pastores siguieran el camino,hasta llegar al Niño Jesús.