Cd. de México
La Arquidiócesis Primada de México afirmó que las muertes violentas que se registran en México son un "espantoso flagelo" que afecta a todos.
En la editorial del semanario Desde la Fe, consideraron que en el País no hay un rincón donde un mexicano pueda sentirse seguro y vivir en paz.
La Iglesia católica de la Capital hace estas declaraciones luego que la semana pasada el sacerdote Luis López, de 73 años, fuera asesinado en la parroquia San Isidro Labrador, en el Municipio de La Paz, Estado de México.
"Familias enteras destrozadas, cuyo grito parece lanzarse al desierto de gobiernos indolentes e incapaces de ofrecer a sus gobernados lo primero a lo que están obligados: seguridad", reprochó la Arquidiócesis.
En el documento, reportó que el año 2016 cerró con 22 mil 967 víctimas de violencia, y de enero a mayo de 2017 se registraron 11 mil 156 asesinatos, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Nacional de Seguridad Pública.
La Arquidiócesis sostuvo que las causas de la violencia obedecen a estructuras policiales corruptas, pero también a una cadena de irregularidades de funcionarios públicos.
"La corrupción va de la mano de la impunidad de la clase política que también es culpable de la violencia que nos tiene sometidos.
"Basta pensar en los gobernadores omnipotentes que se han dedicado a saquear el patrimonio de los estados, fincándose como señores absolutos, mientras que, a la par de sus actos ilegales, los muertos se cuentan por centenas", se criticó.
Expusieron que los gobernadores están obsesionados por cuidar su imagen para ocupar otros cargos más elevados, mientras sus localidades son presa y carne de cañón de la delincuencia.
"Los munícipes, mandatarios y funcionarios de distintos colores partidistas, quienes sin empacho tienen en grupos criminales a sus mejores efectivos, funcionan como paramilitares para proteger los narconegocios, como punto perfecto de su inexplicable enriquecimiento".
En la editorial, señalaron que policías y Fuerzas Armadas están rebasadas por el crimen y afrontan una guerra en franca desventaja.