La tormenta que cayó ayer sobre Reynosa retrasó poco más de 2 horas la destrucción de casi 11 toneladas de mariguana. Personal de la PGR y la SEDENA se tardaron más en prenderle fuego debido a la humedad que dejó en los “ladrillos” de mariguana el agua llovediza.
Pensaron en suspender el evento, pero cuando se presentó la lluvia, se habían formado tres pilas con los paquetes de droga liberados de sus envolturas, por lo que difícilmente podrían volverlos a la caja del tráiler en que se transportó del cuartel militar hasta el campo de tiro.
El fiscal federal Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna, además de impregnar la droga de diesel, giró instrucciones para que le rociaran “arrancador”, carbón y estopas, con lo que finalmente y luego de dos horas y media de esfuerzos lograron que las llamas se levantaran y convirtieran en cenizas las 10 mil 994 kilos de mariguana, producto de unos 30 decomisos que dieron origen a 30 averiguaciones previas radicadas en Reynosa, Miguel Alemán y Matamoros.
Previamente en el cuartel, representantes del órgano de control y peritos de la PGR habían llevado a cabo el pesaje y la comprobación de la autenticidad de la droga que se iba destruir.
Para las 12:00 horas, habían concluido la descarga y la formación de las pilas con los paquetes de mariguana, pero minutos después empezó a llover y con la humedad, tuvieron que esforzarse más para prenderle fuego y convertirla en cenizas.
Serían aproximadamente las 14:30 horas cuando la droga quedó envuelta en las llamas y se cumplió con el objetivo principal.