El delincuente común, dedicado al robo en sus diversas modalidades ha encontrado en Reynosa, el paraíso para sus fechorías, debido a la falta de vigilancia preventiva y acciones concretas, aunado a las bondades del nuevo sistema de justicia penal.
En las últimas fechas, empresas establecidas en Reynosa han sufrido los embates de la delincuencia con asombrosa impunidad.
Recientemente una empresa dedicada a la venta de artículos de cerámica, mediante el clásico cristalazo fue allanada por delincuentes que además de causar daño en cerraduras, destrozaron mobiliario y se llevaron más de 8 mil pesos en efectivo.
Rompieron los cables del teléfono, y desactivaron los censores de las alarmas.
Entre otros negocios, también una farmacia Benavides fue visitada por dos delincuentes armados quienes amagaron a los empleados y se llevaron dinero efectivo, medicamento controlado, además de cigarros, así como pilas, tablets.
En total, el botín que obtuvieron los ladrones superó los 30 mil pesos.