Guadalajara, Jalisco
Los Pumas le pusieron fin a una racha, de casi 14 años de no ganar como visitantes al Atlas. Este viernes, confirmaron que su buen arranque de torneo no es una casualidad, al imponerse a los rojinegros (0-3).
Contundentes y con calidad individual, los felinos aprovecharon una serie de infortunios que prácticamente aniquilaron a los Zorros en el primer tiempo y ante su gente, en un estadio Jalisco que lució abarrotado.
Parecía que el paso perfecto de los universitarios se borraría apenas a los cinco minutos de iniciado el cotejo. Un penalti que el juez central Jorge Antonio Pérez Durán decretó tras una jugada apretada, en una supuesta falta del central español Alejandro Arribas sobre el uruguayo Octavio Rivero. Pena máxima que le decía a la visita que remaría contra la corriente ante su maldición en el estadio Jalisco, pero no... el guardameta Alfredo Saldívar atajó el tiro ejecutado por el charrúa.
A los Pumas les costó tomar las riendas, casi 15 minutos que no tocaron el área rival hasta que abrieron el marcador por conducto del mediocampista Kevin Escamilla. El campeón del mundo Sub 17 aprovechó un rebote del meta José Hernández, para empujar la esférica al fondo de la cabaña rojinegra (16’), y así pasar la página por la salida del chileno Marcelo Díaz a Argentina.
Tres minutos después, el partido se le fue de las manos a los locales al quedarse con un elemento menos. Lorenzo Reyes fue expulsado por una dura entrada sobre el atacante Felipe Mora.
La pelota parada de nuevo fue factor, además de los errores defensivos. La mala posición de los atlistas permitió a Pablo Barrera conectar un cañonazo, para el 0-2. Y si las circunstancias no podrían estar peor para los dirigidos por Gerardo Espinoza, un polémico gol invalidado, luego de una dudosa mano de Brayan Garnica.
“Saldívar nos mantiene en el juego con esa atajada (la del penalti); el equipo sabe lo que quiere y lo manifiesta en la cancha”, refirió el timonel David Patiño.