Ciudad de México
Con la energía de un animal, J Balvin hizo del Auditorio Nacional una calurosa selva reguetonera.
Bailes, piropos y gritos, sirvieron para que una tribu de 10 mil personas demostrara fervor hacia su chamán, cuando los instrumentos del colombiano tronaron como rugido.
Una introducción musical vaticinaba que en su primer show en el Coloso de Reforma, el cantante extasiaría a sus fans, pero cuando cantó la primera rola, “Veneno”, se confirmó.
La danza de la tribu arrancó sin inhibiciones y, a la segunda canción, “Safari”, el lugar ya se había convertido en una jungla.
Luces verdes iluminaron el recinto mientras en una enorme pantalla led se proyectaban imágenes de jaguares, leones y aves depredadoras.
Las mujeres más grandes cautivaban con escotes pronunciados, pantalones ajustados y sugerentes movimientos de cintura.
Los chicos respondían sacudiendo hombros y caderas para completar una faena llena de energía, igual a la del líder.
A Balvin le bastaba quitarse los lentes y quedarse viendo al público, en silencio, para que le respondieran con una ovación que hacía temblar las paredes.
Bajaba el puente de sus lentes Chanel a la mitad de la nariz y, con esa mirada, hacía gritar frenéticamente a las chicas.
“¿La estamos rompiendo, o no la estamos rompiendo, México?”, preguntaba Balvin más para animar a la gente que para satisfacer su duda.
En “Snapchat”, el anfitrión pidió que los fans prendieran los flashes de los celulares, y el canto resurgió con “Si Tu Novio Te Deja Sola” y “35 Pa las 12”.
De igual manera J Balvin enamoró con el cover “Sorry”, original de Justin Bieber, junto a las piezas “6 AM”, “Acércate”, “Ay vamos”, “Ginza” y “Sigo extrañándote”, estas dos últimas después de una salida en falso.
“Muchas gracias, los quiero muchísimo”, se despidió el intérprete quien se llegó a hincar, a sentar al borde del escenario e informó que el 21 de octubre regresará a este lugar.