Una persecución entre civiles que se inició en la colonia Ramón Pérez García, tuvo un sangriento epílogo con saldo de 3 muertos y dos vehículos incendiados en medio de una parcela que se ubica a espaldas de los basureros del Ejido Las Anacuas.
Sujetos armados a bordo de vehículos particulares empezaron a perseguirse por las calles de la colonia Ramón Pérez y enfilaron por la avenida Las Torres, hasta llegar al Viaducto Reynosa, mientras que en varias avenidas se registraban bloqueos para contener el paso de vehículos oficiales, cuyos elementos en atención a reportes de redes sociales se desplazaban hacia el área del conflicto.
Policías Estatales atraídos por densas columnas de humo negro que surgían hacia el sur a espaldas de los basureros de Las Anacuas, transitaron por entre brechas y caminos de terracería hasta llegar a un predio en donde encontraron unas parcelas recién barbechadas.
Ahí había dos camionetas en llamas y continuaron con la búsqueda de los participantes en la sangrienta persecución y se encontraron a unos 400 metros tres cuerpos acribillados, algunos de ellos con el cráneo destrozado por proyectiles disparados con potentes armas.
Eran tres sujetos jóvenes con ropa común, pantalones de mezclilla y camisas casuales.
Evidentemente los acribillados eran los perseguidos y trataron de escapar dejando sus vehículos en medio de las parcelas y quisieron ocultarse en el monte, donde los alcanzaron las ráfagas.
Los sobrevivientes en el enfrentamiento huyeron por entre la maleza, por lo que elementos de la Policía Estatal, Policías Federales y Militares llevaron a cabo una búsqueda intensa por un amplio tramo entre brechas y caminos vecinales.
Incluso montaron filtros de revisión y aleatoriamente revisaban unidades que circularan por aquel sector hacia el sur de la ciudad.
ESTRECHO CERCO
Policías Ministeriales con mucha precaución y en medio de un estrecho cerco de seguridad llevaron a cabo las diligencias, tras las cuales procedieron al levantamiento de los tres cuerpos que se encontraban dispersos.
Mientras se practicaban las diligencias, personal fuertemente armado y en vehículos artillados recorrían la zona, ante el temor de una reacción de los sobrevivientes.
Entre las parcelas se encontraron cascos vacíos y cartuchos hábiles, había de diferentes calibres, entre ellos algunos del calibre 50 que en repetidas ocasiones se escucharon, de acuerdo a versiones de los residentes en ranchos cercanos.