Guadalajara, Jalisco
Todo comienzo tiene un final: una ley natural, aunque parezca una historia de otro mundo. Esta noche habrá más de uno con la piel erizada, los ojos al borde del llanto y miles de recuerdos.
Rafael Márquez jugará su último partido oficial en el Estadio Jalisco con la camiseta del Atlas, que lo vio debutar en 1996, cuando tenía apenas 17 años. Ahora, con 39, el suspiro ganará y su película como futbolista tendrá el primer adiós, luego, en Pachuca y, el definitivo, en el Mundial.
“Quiero agradecerle (a la Fiel) por estar siempre ahí en las buenas y en las malas, sobre todo en las malas. Nos ha tocado sufrir demasiado y es difícil pagarle ahora, pero la certeza y la seguridad de que el día de mañana trabajaremos duro para poderle dar esa satisfacción y pagarle ese sacrificio, ese sufrimiento, con un campeonato”, dijo Márquez. Llegó a los 14 años a la casa club rojinegra. Era serio, ensimismado, pero tenía muy claros sus objetivos y uno a uno los cumplió, hasta llegar a hoy, donde se despedirá de la afición tapatía en el Clásico contra las Chivas.