CIUDAD DE MÉXICO.
Bantú murió mientras se preparaba para viajar a darle una nueva oportunidad al amor. O al sexo. Los veterinarios y especialistas del zoológico de la Ciudad de México querían que el gorila, el único macho en México de la especie de tierras bajas occidentales, se reprodujera pues llevaba ocho años en soledad y sin pareja. El animal, de 220 kilos y más de 1.70 metros de estatura, murió la noche del miércoles mientras se preparaba su traslado a Guadalajara, donde esperaba preñar a alguna de las dos hembras que aguardaban en el zoológico de la capital de Jalisco.
El Gobierno de la Ciudad de México ha señalado en un boletín que el gorila murió debido a una “complicación cardiaca”. Sin embargo, la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), encargada del zoológico que era hogar de Bantú, había confirmado a El Universal que el primate se encontraba en perfecto estado de salud a pesar de sus casi 25 años de edad.
Bantú sufrió el paro cardiaco a las 21.30 de la noche del miércoles mientras estaba siendo preparado por una veintena de médicos y técnicos especializados para iniciar el trayecto, de poco menos de 500 kilómetros. “Los especialistas trataron de reanimarlo por más de 30 minutos”, señala la Sedema. Las causas precisas de su muerte, sin embargo, serán informadas una vez que se concluyan los estudios histopatológicos. Las autoridades insisten en que el traslado se preparó según las recomendaciones de la Asociación de Zoológicos y Acuarios de Estados Unidos.
Arturo Rivera, director de Zoológicos de la Ciudad de México, ha explicado a EL PAÍS que Bantú fue sometido a anestesia para conseguir introducirlo a una jaula para viajar a Guadalajara. Una vez que el gorila estuvo dentro de un vehículo despertó somnoliento y minutos más tarde sufrió un paro cardíaco. “El ejemplar fue anestesiado para meterlo en la jaula y ese procedimiento se hizo bien e incluso se revirtió, pero cuando Bantú quiere despertarse ocurre el paro”. La muerte del primate ocurrió momentos antes de que el vehículo que lo iba a trasladar al aeropuerto saliera del Zoológico de Chapultepec.
Bantú nació en cautiverio el 20 de septiembre de 1991. Sus padres eran extranjeros, pues llegaron de los zoológicos de Cincinnati y Memphis, ambos en Estados Unidos. El carácter del primate era complicado y explosivo, según confío su cuidador Obed del Monte a El Universal. El etólogo, que iba a acompañar al animal en su viaje, recuerda en el periódico que su amigo lo recibía en ocasiones aventándole excremento o ramas.