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De acuerdo con un estudio realizado en la Universidad de Nebraska-Lincoln, el rostro de una mujer no es la parte que los caballeros más observan, sino su cuerpo.
Para llegar a este resultado se realizó un experimento con 29 mujeres y 36 hombres, de acuerdo con lo publicado por USA Today, en el cual a los hombres se les equipó con un sistema en el que se puede medir por milisegundos cuánto tiempo posaban sus ojos y en qué áreas. Posteriormente a los voluntarios se les mostró 10 fotografías de mujeres a las cuales se les manipuló la forma del cuerpo, haciéndolas lucir de diferentes formas: algunas más curvilíneas, otras con caderas más anchas, unas más con menos senos, etc.
El resultado fue que las fotos que mostraban mujeres con pechos más grandes, cinturas más angostas, y caderas más prominentes fueron las que obtuvieron más tiempo en las miradas de los voluntarios.
Y sí, los voluntarios miraron por más tiempo estas partes del cuerpo antes mencionadas que el rostro de las chicas.
Ok, puede ser que un resultado así ya nos lo esperáramos, pero lo curioso del asunto es que en el caso de las mujeres voluntarias no hubo diferencia en el resultado. Es decir, las mujeres que participaron en este experimento también vieron por más tiempo las caderas, los pechos y la cintura de las chicas de la foto, que su rostro.
La líder del experimento y psicóloga social, Sarah Gervais, al respecto comenta que la explicación de este fenómeno puede ser evolutivo:
“Los hombres son atraídos por caderas más anchas porque esto significa mejor fertilidad, mientras que las mujeres están analizando a la competencia, justo como sucedía hace miles de años”, afirma.
Así que la próxima vez que entres a un lugar y se te queden viendo, tanto hombres como mujeres, respira y piensa que no es su culpa, la culpa es de la evolución.