Un ejidatario de la tercera edad fue encontrado muerto en su lecho, precisamente cuando su cadáver servía de alimento a animales silvestres que penetraron hasta su humilde vivienda en el Ejido Rosalinda Guerrero.
José Martínez Valdez, de 81 años, la noche del pasado martes había llegado a su vivienda ubicada en calle 7 y 3 de Noviembre en el ejido antes citado, acompañado por su sobrino Jesús Castillo Martínez, de 52 años quien lo depositó en su lecho y lo cubrió con gruesas cobijas, pues le había escuchado quejarse de algunos malestares.
El sobrino pensó que no era nada grave y optó por retirarse a su domicilio, con la idea de que al día siguiente verían si requería su tío de médico u hospital.
Pero cuando ayer poco después de la 9:00 horas, llegó a visitarlo, ya estaba una vecina en el lugar, alarmada, porque Don José no se movía y presentaba leves heridas en el rostro.
En principio se pensó que sería un crimen, pero más tarde se dieron cuenta que hasta el camastro del octogenario habían subido ratas y otros animales silvestres que empezaban a devorarse las partes blandas del rostro. Presentaba, según sus familiares, heridas en las mejillas, en la nariz y párpados, evidentemente eran mordiscos de animales carroñeros.
De haber tardado más tiempo en descubrir el cuerpo del infortunado octogenario la fauna silvestre habría acabado con su cuerpo.