Los niños que han sido amamantados durante más de cinco meses se hacen menos pis en la cama, afirman científicos de la Robert Wood Johnson Medical School de Nueva Jersey (EU), y lo corrobora otra investigación de instituciones médicas de Turquía. Ambos estudios han partido de las evidencias científicas previas que señalan que dar el pecho tiene una influencia positiva en el neurodesarrollo de los bebés, además de contribuir a una mejor autoestima.
Además, ambos grupos han podido constatar que, aunque no hay una correlación estadísticamente significativa como para asegurarlo de forma tajante, mamar contribuye a disminuir este problema tan extendido (unos 50 millones de niños de todo el mundo mojan la cama de forma habitual).
El perfil más típico, explica el profesor Konstantinos Kamperis, especialista en nefrología infantil en el Hospital de Aarhus (Dinamarca), se da entre los cinco y seis años. Y el problema “no afecta solo al niño, sino también a sus padres”, recuerda el experto.
En la mayoría de casos, no es un problema grave, así que los médicos recomiendan relajarse. “Se corrige con la edad, a un ritmo de un 15% de afectados por año”, asegura el nefrólogo infantil Pablo Bello.
“Al llegar a la pubertad —más o menos a los 15 años— tan solo queda un reducto de entre el 1% y el 3% que todavía lo sufre. Los demás dejaron atrás esa enuresis transitoria [así se llama en términos médicos] para siempre”, añade Bello.
¿Por qué se escapa el pis por la noche?
Guy Bogaert, pediatra especializado en urología en el Hospital Universitario de Leuven (Bélgica) y ponente en La Sociedad Europea de Urología Pediátrica, comentó que hay varios aspectos que provocan este mal infantil. Algunas son causas muy habituales: “En edades tempranas la capacidad de retención de orina no está del todo desarrollada”, relata, “otro factor es que muchos niños gozan de un sueño tan profundo que no se despiertan por nada —y en determinados casos— se da una súper producción de orina nocturna. También puede deberse a que algunos beben excesivamente antes de ir a dormir”.
Sin embargo, otras explicaciones no son tan comunes. Según apunta un estudio realizado por investigadores de la Clínica Urológica Medicana International de Estambul (Turquía) se han visto casos de niños con trastorno de sueño que roncaban debido a unas amígdalas hipertróficas, y que dejaron de mojar la cama tras ser operados. Esto no significa que sean dos aspectos vinculantes, pero si es el caso de su hijo, quizás deba acudir al pediatra.
Otro caso peculiar es el de la apnea. Según la Clínica Mayo, esta suspensión transitoria de la respiración también puede inducir enuresis. Se debe a que el cerebro tiende a esforzarse más de lo necesario en absorber oxígeno, lo que acarrea bajar la guardia en funciones corporales tales como el control de la vejiga.