Los mexicanos tendrán que cambiar de canal para ver los Juegos Olímpicos de Río 2016. Televisa, la cadena más grande y popular del país, se quedará en esta edición fuera de las retransmisiones del torneo. Carlos Slim, que compró los derechos de los Juegos en 2013 a través de su buque insignia, América Móvil, ha decidido dar un nuevo paso adelante en su incursión en el negocio televisivo y explotar por su cuenta el evento deportivo más grande del mundo. Las concesiones a las televisiones en abierto son mínimas –el canal 11 y 12, dos pequeñas cadenas públicas– y los elegidos para el modelo de pago son ESPN y FOX, dos antiguos aliados de Slim. El grueso de las retransmisiones lo monopolizará Claro Sports, el canal de pago del magnate mexicano, que además y de manera inédita dará en abierto la competición para toda Latinoamérica a través de su página de internet.
“Compramos nosotros los derechos y estarán en nuestras plataformas, no en las de Televisa o TV Azteca”, anunció con rotundidad este miércoles en un aentrevista radiofónica Elías Ayub, el director de alianzas estratégicas y contenidos de América Móvil. Con el anuncio de la decisión se resuelve la incertidumbre despertada desde que el Comité Olímpico Internacional optó hace tres años por América Móvil como el mejor postor para el evento. El portazo de Slim a una posible reventa de los derechos a los jugadores clásicos, las grades televisiones en abierto, es interpretado por el mercado como la señal definitiva de que el magnate de las telecomunicaciones se lanza abiertamente por la tarta de la televisión de pago en México.