México
El ‘caso Odebrecht’ comienza a abrirse paso en México, hasta ahora incólume al vendaval desatado en otros países de América Latina. Tres exdirectivos de la constructora brasileña aseguran que el exdirector de Pemex Emilio Lozoya recibió más de 10 millones de dólares en sobornos entre 2012 y 2016. Las acusaciones sacuden al presidente de México, Enrique Peña Nieto, que ve cómo de nuevo la corrupción salpica a uno de sus hombres de confianza. Lozoya, muy próximo al canciller, Luis Videgaray, participó en la campaña electoral del mandatario y estaba considerado uno de los chicos de oro del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Tres exdirectitvos de Odebrecht aseguran, en declaraciones juradas, que Lozoya recibió sobornos por valor de 10 millones de dólares entre 2012 y 2016 por ayudar en la firma de contratos. Las acusaciones, obtenidas El Quinto Elemento Lab, una organización de periodistas mexicanos, corresponden a funcionarios de la constructora -Luis Alberto de Meneses, Luiz Mameri e Hilberto da Silva- que accedieron a colaborar con la justicia para obtener beneficios en sus penas. De acuerdo a una reconstrucción realizada a partir de los testimonios jurados de los tres inculpados por la justicia brasileña y de decenas de documentos –copias de las transferencias electrónicas, órdenes de pago de los bancos, vídeos… - se constata que el nombre de Lozoya aparece vinculado a diversas operaciones.
Los documentos y testimonios apuntan que Lozoya solicitó y recibió 4,1 millones de dólares entre abril y noviembre de 2012, es deir, durante y después de la campaña electoral de las presidenciales mexicanas de ese año. Según se desprende del material, los responsables de Odebrecht aseguran que ese pago respondía a una manera de asegurarse el favor de alguien que por aquel entonces se consolidaba por su cercanía al hoy presidente, Enrique Peña Nieto. Lozoya participó en el área internacional de la campaña del candidato priista.
El testimonio de Luis Alberto de Meneses, responsable de la constructora en México, revela que en marzo de 2012 Lozoya le dio el nombre de una empresa offshore en las Islas Vírgenes Británicas, donde a partir de entonces se comenzarían a realizar los pagos siempre, según reveló uno de los exdirectivos brasileño. Las transferencias comenzaron en abril de ese año: la primera, de 250.000 dólares; luego, de 495.000 y de 505.000. La relación se intensificó con la llegada de Lozoya a la dirección de Pemex, especialmente después de que Odebrecht ganase el contrato de remodelación de una refinería, por las que Lozoya, según las delaciones, recibió cuatro millones de dólares. Las transferencias continuaron en diciembre de 2013 y en varios meses de 2014.
Lozoya, de 42 años, que abandonó la dirección de Pemex en febrero de 2016, ha negado las acusaciones. “La información contenida en la nota carece de prueba documental alguna y relata una historia absolutamente falsa e inexistente”, afirmó en un comunicado, en el que aseguraba que quiere que el tema “sea investigado y sancionado, pero es lamentable que esto se lleve a chismes”. Este lunes, la organización Mexicanos contra la Corrupción publicó documentos con algunas de las transferencias realizadas al exdirector de Pemex.
Las acusaciones sobre Lozoya trascienden al exjefe de la petrolera mexicana. Hijo de un secretario de Energía con Carlos Salinas de Gortari y nieto de un general y gobernador priista, se le consideraba uno de las personas más fieles de Peña Nieto. Fue su actual canciller, Luis Videgaray, el hombre fuerte del Gabinete, ‘presidente en la sombra’ para muchos, quien le propuso, siendo secretario de Hacienda, como director de Pemex. Por delante tendría un desafío mayúsculo: modernizar la petrolera mexicana y dar forma a la reforma energética, la más importante apuesta de Peña Nieto durante su sexenio.
Lozoya se ha convertido en el último aliado del presidente al que le salpica un caso de corrupción. Al inicio de su mandato, Peña Nieto proclamó la llegada de un “nuevo PRI”, que, entre otros, integraban Javier Duarte y Roberto Borge, acusados de lavado de dinero. El primero, está encarcelado en México después de fugarse a Guatemala; el segundo permanece detenido en Panamá, a la espera de ser extraditado. Lozoya es parte de esa nueva generación de priistas en las que confiaba Peña Nieto, quien hasta ahora ha guardado silencio sobre las acusaciones al exdirector de Pemex.
Las miras se centran también en cuál será el proceder de la justicia mexicana, en tela de juicio permanente en materia de resolución de casos de corrupción. La Procuraduría General de la República (PGR), la fiscalía mexicana, explicó el domingo, tras conocer las acusaciones contra Lozoya, que si no avanza con mayor premura en el ‘caso Odebrecht’ es, en buena parte, porque sus colegas en Brasil no quieren. O no pueden. En un comunicad, la PGR señaló que “la Fiscalía brasileña ha ido variando la fecha de entrega de la información correspondiente y no ha ofrecido una nueva fecha a México”. Además, recordó que ya ha llamado a declarar a 19 funcionaros y exfuncionarios de Pemex. No aclaró si uno de ellos es Emilio Lozoya.