Sobrepoblación de tumbas, pasillos invadidos de sepulturas de niños, basura, botellas de cerveza y de refresco, además de una gran número de vendedores ambulantes de flores, comida, refrescos y golosinas.
Música con bocinas, tríos, duetos, a gusto del que se fue, “te vas ángel mío” y otras de la inspiración del cantautor fronterizo Cornelio Reyna, escenas en el camposanto San Pedro y San Pablo ubicado en la colonia Pedro J. Méndez.
Aquí en este panteón se encuentran mas de 8 mil tumbas de personas de las colonias ubicadas al oriente de la ciudad, entre las que destacan la Benito Juárez y la López Portillo, Arco Iris, Carlos Cantú, Ampl. Pedro José Méndez, Satélite 1,2 y 3, Américo Villarreal y Lucio Blanco.
También residentes de la s colonias Esperanza, Independencia, Colosio, Las Arecas, México, Marte R. Gómez, Balcones de Alcalá , Almendros, Paseo de las Flores, Rincón de las Flores.
Asimismo El Maestro, Ejido las Anacuas, La Retama, Las Torres y Ramón Torres.
Prácticamente apenas se puede caminar, pues casi todos los pasillos entre tumba y tumba, ya se encuentran ocupados por pequeñas sepulturas que apenas asoman una cruz y ramos chicos de flores.
Flores generalmente de plástico, unas que otras de mano de león, dulces, jugos frutsi, refrescos de cola y en algunas sepulturas se podían observar botellas grandes de cerveza.
Un clima templado soleado acompañó a los dolientes a visitar a sus seres queridos en el panteón San Pedro y San Pablo, del cual nadie parece acordarse de la fecha de su fundación.
Creció como la ciudad, desordenado y para todos lados.
Igual sus rutas de comunicación parecen laberintos donde lo mismo se ven cruces, que basura, que sepulturas.
En la calle de acceso estaba Mario Bros con la venta de naranjas y cañas.