Washington DC, Estados Unidos.- Legisladores demócratas solicitaron al Departamento de Justicia de Estados Unidos iniciar una investigación interna a la DEA por su controvertida actuación en dos operativos en México: el plagio de cinco inocentes en un hotel Holiday Inn del Centro de Monterrey en el 2010 y la masacre en Allende, Coahuila, en el 2011.
"Estos operativos provocan fuertes preguntas sobre las prácticas de las SIU (Unidad de Investigaciones Sensibles, por sus siglas en inglés) financiadas y entrenadas por la DEA, y la necesidad de más rendición de cuentas", dice una carta enviada al Inspector General del Departamento de Justicia.
El plagio de cinco personas en Monterrey ocurrió la madrugada del 21 de abril del 2010.
En esa ocasión, un comando irrumpió en el entonces hotel Holiday Inn de Padre Mier y Garibaldi.
Luego de allanar habitaciones, los delincuentes se llevaron a cuatro huéspedes y un recepcionista.
Después de años de silencio oficial, un reportaje de la agencia independiente estadounidense ProPublica señaló en diciembre del año pasado que la DEA sabía que las personas fueron secuestradas por Zetas tras ser confundidas por unidades SIU que se habían hospedado ahí hasta la noche anterior, pero que ya no estaban.
Fue una reacción fallida de los Zetas contra un operativo de la DEA, señaló ProPublica en su investigación.
Las unidades SIU, presentes en 12 países, son grupos de agentes locales entrenados por la DEA que pasan por pruebas de control de confianza.
En el caso de México, las autoridades se han negado a que los comandantes sean sometidos al mismo rigor.
La carta enviada al Departamento de Justicia la firman los representantes neoyorquinos Jerrold Nadler y Eliot Engel, del Comité Judicial y el Comité de Relaciones Exteriores, respectivamente.
También la suscriben los Senadores Patrick Leahy, de Vermont, y Dianne Feinstein, de California, ambos miembros de alto rango en el Comité de Gastos e integrantes del Comité Judicial.
En el caso de Allende, Coahuila, ProPublica reveló en junio del 2017 que una fuga de información de agentes mexicanos de las SIU provocó que los Zetas desataran la masacre del 2011.
Aunque las autoridades señalaron que murieron 28 personas, fuentes aseguraron que las víctimas fueron unas 300.
Los crímenes fueron perpetrados entre el 18 y el 20 de marzo del 2011, cuando comandos tomaron el pueblo y arrasaron con familias enteras.