Jonás Cuarón, director del drama fronterizo Desierto, se calificó como un cineasta sádico y visceral.
“Soy sádico en el aspecto de que me gusta involucrarme en una película, sufrirla y disfrutarla. Y como cineasta quiero que el público se sumerja en un viaje de muchas emociones”.
En su regreso al séptimo arte como director y escritor de ficciones tras Año Uña, el hijo de Alfonso Cuarón eligió el dolor, la violencia, aspectos sociales y políticos para crear una metáfora sobre monstruos.
Situada en la frontera entre México y Estados Unidos, en la cinta Gael García interpreta a Moisés, un indocumentado que busca de una vida mejor y se coloca como objetivo de un despiadado minuteman (Jeffrey Dean Morgan).
Sobre el peso de su apellido, Jonás, quien jamás asistió a una escuela de cine, prefirió no prestarse a un juego de responsabilidades.
Sólo aseguró que a él lo que le importa es que sus historias funcionen con el público.