Toronto, Canadá
Los estragos de Marco Estrada continúan y no parece que vayan a terminar pronto.
El pitcher mexicano permitió cuatro carreras, incluyendo el jonrón 15 de Mike Trout en 2018, en 4.1 entradas y sufrió su quinta derrota de la temporada, tercera consecutiva, en el descalabro de los Azulejos 8-1 ante los Angelinos.
Estrada (2-5) ha permitido al menos cuatro rayitas limpias en seis de sus 10 aperturas esta campaña. Desde que lanzó siete capítulos en su primera salida, ya no lo ha vuelto a hacer.
Tras llegar a Toronto en 2015, el sonorense, de 34 años, experimentó dos calendarios de ensueño, al presumir efectividades de 3.13 y 3.48, pero en el último año aumentó a 4.98, mientras que en éste, su porcentaje de carreras limpias, se ha disparado a 5.40.
En tanto, los canadienses anunciaron que el tamaulipeco Jaime García saldrá de la lista de lesionados y hará la apertura de mañana ante los Filis.
En San Petersburgo, el sonorense Héctor Velázquez, quien fue activado del hule, regaló una base por bolas, pero no recibió daño en un capítulo de labor desde el bullpen en la derrota de los Medias Rojas 6-3 contra los Rays.
En Milwaukee, Adrián González se fue de 5-1 en la blanqueada de los Mets 5-0 sobre los Cerveceros.
DOBLEGAN ASTROS A CLEVELAND
Charlie Morton siguió invicto en la presente campaña, tras cubrir una buena labor de seis innings, apoyada en sendos jonrones de tres carreras de Alex Bregman y Jake Marisnick, para que los Astros de Houston remontaran y vencieran el jueves 8-2 a los Indios de Cleveland.
Morton (7-0) toleró dos anotaciones y cinco imparables para estirar a 10 juegos la mejor seguidilla de triunfos en su carrera. El derecho, quien comparte el liderato de triunfos en la Liga Americana durante esta temporada, no cae desde el 9 de septiembre de 2017, cuando enfrentó a Oakland.
Durante el duelo del jueves, dio tres boletos y repartió cinco ponches.
Michael Brantley conectó un sencillo de dos carreras frente a Morton en el tercer inning, pero el bateo brindó después apoyo de sobra. Houston anotó tres veces en el quinto acto y otras cinco en el sexto, para dejar el duelo prácticamente resuelto.