México
Cientos de civiles han tomado las armas en la zona minera del Estado de Guerrero, en el sur de México, para hacer frente a la violencia, los secuestros y las extorsiones de grupos del crimen organizado. Al menos diez poblados del municipio de Eduardo Neri, a 30 kilómetros de Chilpancingo, la capital estatal, quieren poner fin a las organizaciones que operan en Mezcala, la zona minera más importante de la región.
“Ya estamos cansados de tanto secuestro y tanta extorsión; pedimos apoyo al Gobierno, pero no nos escucha”, dijo uno de los integrantes del grupo de autodefensa.
“Lo que queremos es paz y nos estamos levantando hoy en armas para defender a nuestras familias”, agregó.
La nueva organización vigilará las minas de Los Filos y el Bermejal, de la empresa Goldcorp.
El grupo también custodiará los sitios del Guaje y el Limón de la minera Media Luna.
Ambas compañías son canadienses y son las más importantes en el estado en la explotación de oro.
Los pobladores de Mezcala y la nueva autodefensa bloquearon el domingo la carretera que conecta la capital del país con la ciudad de Acapulco, para exigir al Gobierno seguridad en sus localidades.
“En Carrizalillo nos quitan el 10% de la renta anual que nos paga la minera [Goldcorp] y si no se las damos, nos matan; muchos ya se han ido de la comunidad”, ha declarado este lunes a la Agencia EFE un propietario, que anualmente recibe cerca de un millón de pesos (alrededor de 50.000 dólares) por la renta de sus tierras.
Los grupos criminales de los Guerreros Unidos y Los Rojos se disputan a sangre y fuego el control de esta zona de Guerrero.
La región es clave para llegar a la sierra, donde se cultiva la mayoría de amapola de la que se extrae la heroína.
El movimiento más robusto hasta la fecha ha sido el de José Mireles, que dirigió un ejército popular de cerca de 25.000 integrantes en el vecino Estado de Michoacán y recibió libertad condicional hace dos semanas después de tres años en la cárcel.
Mireles se encuentra internado en un hospital de la Ciudad de México debido a problemas cardíacos y fue el rostro más visible de las patrullas ciudadanas que se sublevaron contra las amenazas del crimen organizado en comunidades rurales del país.
LIBERAN A LA EX POLICÍA COMUNITARIA
La activista mexicana Nestora Salgado salió este viernes de una prisión de la Ciudad de México tras quedar absuelta de los delitos de secuestro y homicidio. Salgado, de 44 años, fue detenida por el Ejército hace dos años y medio cuando ejercía como líder de la policía comunitaria de Olinalá, un pueblo del estado de Guerrero situado en una zona cuyo control se disputan los cárteles de la droga por el trasiego de opio desde las montañas.
Salgado, niñera durante su época como inmigrante ilegal en Estados Unidos, podía detener y juzgar a delincuentes. La ley se lo permitía de forma excepcional basándose en las reglas de usos y costumbres de las comunidades indígenas y en parte por la incapacidad del Estado de llegar a territorios remotos como el suyo, huecos que aprovechan las mafias para imponerse.